ste día, la Legislatura Territorial sanciona la Ley 363 que declara a Tierra del Fuego “en emergencia socio económica por el término de sesenta (60) días a partir de su promulgación”.
La norma prohíbe “las adquisiciones de bienes muebles y/o equipamientos destinados a la gestión administrativa, así como también las compras y/o arrendamientos con opción de automóviles, aeronaves, salvo que mediaren razones de fuerza mayor debidamente acreditadas, que justifiquen un tratamiento de excepción”; “los gastos de publicidad y propaganda que no estén estrictamente justificados por razones de servicios públicos” y “las locaciones de obras y servicios de terceros, sin relación de dependencia, atinentes a auditorías, consultorías o asesorías legales o administrativas”.
También se facultaba “al Poder Ejecutivo Territorial a proceder, cuando lo estime necesario, a confiscar alimentos y/o bienes que contribuyan al cumplimiento de los fines perseguidos en la presente norma, mediante el pago de la indemnización, acorde a las prescripciones contenidas en las leyes de la materia”.
La ley adheriría a una norma similar dictada en el ámbito nacional que declaraba el estado de emergencia social, sanitario y alimentario en todo el territorio de la República.
La sociedad argentina estaba viviendo para esa época momentos muy críticos en medio de la transición entre los gobiernos de Raúl Alfonsín y Carlos Menem. La economía se debatía entre la carrera de los precios que apuntaban a la hiperinflación y la reacción desesperada de algunos sectores sociales que comenzaron a consumar violentos saqueos de comercios y supermercados.
La situación de la industria fueguina acompañaba la estrepitosa caída del consumo popular, veía reducida su capacidad productiva y la consiguiente ocupación de mano de obra. Los obreros que se desempeñaban en la industria pasaron del punto de máximo de empleo con 6.720 operarios ocupados, en 1987, a un mínimo, en 1990, de 4.655 puestos de trabajo.
La situación crítica agobiaba también a las arcas del estado fueguino que veía mermar sus ingresos mientras los requerimientos, además de encarecerse, aumentaban por las demandas sociales que se generaban.
Tierra del Fuego venía de casi una década de expansión económica formidable que impulsó uno de los procesos migratorios más destacados del país, llevando a triplicar su población entre 1975 y 1985.