Designan al yámana Robert Yenowa como alcalde de Ushuaia
El 24 de octubre de 1887

Designan al yámana Robert Yenowa como alcalde de Ushuaia

24/10/2018
D

esignan a Robert Yenowa como alcalde de Ushuaia. El yámana era considerado, “el mejor educado de los nativos sobrevivientes” y se había desempeñado como piloto de la embarcación oficial argentina. La designación era por un período de un año. Según Thomas Bridges  “cada año los nativos deben elegir su alcalde”; pero, su sucesor en la Misión Anglicana, Eduard Aspinall da otra versión: “Yenowa en realidad habría sido designado por el gobernador como nuestro policía” y tenía “el poder de castigar a los nativos por ofensas menores y órdenes de reportar delitos más graves a las autoridades” (Joaquín Bascopé Julio. “Emergencia de una sociedad original en El último confín de la Tierra”).
Su responsabilidad en la reducción de la violencia pasaba “por la virtud estoica de dominarse primero a sí mismo”. Debido a que eran muy frecuentes las agresiones entre los canoeros.
Una vez designado, Aspinall mantuvo una conversación con él: “Estuve con Robert tomando té y hablando de los nativos y de la necesidad de mostrarles un buen ejemplo y advirtiéndole sobre fumar y beber (…) e intenté despertar en él, no solo un espíritu cristiano sino también un sentimiento patriótico hacia su gente. (…) Esta noche me pidió que le escribiera una carta para su hijo, pues no escribe en inglés, sólo en yahgan”.
Debido a los consejos del pastor o por haber tomado conciencia por el cargo que ostentaba, en una ocasión en que Yenowa sufrió “una agresión, la consideró casual y no respondió a ella”.
Yenowa murió el 14 de abril de 1890. “El desastre demográfico de las epidemias unido a la voluntad soberana argentina, que no pretendía asociarse sino imponerse, relegaron como “indios” a la población civil sobreviviente. Previendo esto, ya antes de la crisis Thomas Bridges había planteado a la South American Missionary Society (SAMS) solicitar al gobierno una concesión de tierras “donde encontrara empleo todo el que quisiera trabajar”. Pero la opinión del comité en Londres era que la misión “debía limitar sus actividades al trabajo evangélico”. Esta reticencia, en el marco devastador de la epidemia, decidió a Bridges a encarar su propio proyecto. Renunció a su cargo en la misión, obtuvo una concesión de tierras y se trasladó con su familia a Harberton. Lo acompañaron “algunas familias yaganes” que se mostraron “contentas de instalarse en un nuevo lugar, donde gozar de protección”.

Autor : Bernardo Veksler
Etiquetas
Cuál es tu opinión sobre la nota?
  • Me interesó
    100%
    5 votos
  • No me interesó
    0%
    0 votos