Entrevista exclusiva

"El gran afectado por la cuarentena es el sector privado"

En el marco de la pandemia y los efectos que está generando en el mundo del trabajo, EDFM logró una entrevista exclusiva con el especialista en derecho del trabajo, Ricardo Foglia. Se trata de un abogado con una maestría en Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social a través de la jurisprudencia de la Universidad Rey Juan Carlos, de Madrid, docente de numerosas universidades, además de reconocido conferencista y autor de libros y artículos sobre la especialidad.
06/05/2020
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n el marco de la pandemia y los efectos que está generando en el mundo del trabajo, EDFM logró una entrevista exclusiva con el especialista en derecho del trabajo, Ricardo Foglia. Abogado con una maestría en Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social a través de la jurisprudencia de la Universidad Rey Juan Carlos, de Madrid, es también docente de numerosas universidades y miembro de la Asociación Iberoamericana de Derecho del Trabajo, además de reconocido conferencista y autor de libros y artículos sobre la especialidad.
Foglia, quien acaba de publicar en la Revista La Ley un artículo donde analiza la situación del Derecho Laboral en un momento absolutamente extraordinario, nos manifiesta que por estos días su mayor preocupación es buscar nuevas herramientas para recuperar los empleos perdidos y repensar cuánto se debe actualizar el Derecho del Trabajo para tratar de salir lo antes y mejor posible de esta crisis.
Empieza la entrevista con un ejemplo familiar a todos: “Estamos en un momento en donde vamos en un auto de noche, con niebla y las señales no están claras. Queremos y necesitamos saber qué va a pasar y cuándo llegaremos a un lugar más seguro y previsible. Es un momento en donde, sobre todo, quienes están en situaciones más débiles necesitan contar con información para organizarse de cara al futuro”.
Sostiene que tal como están dadas las cosas, el Derecho del Trabajo no está preparado para resolver los problemas y dilemas laborales que genera la pandemia por el coronavirus y el aislamiento social. No duda al afirmar que se “han puesto en duda los pilares del Derecho Laboral, y sus principios fundamentales”.
Piensa con preocupación que “desde el inicio de la cuarentena fuimos viendo cómo se iban produciendo fuertes impactos en el trabajo independiente, la actividad comercial, el sector servicios, las empresas y la industria, provocando un inevitable cimbronazo en el sistema económico y social”.  
Asegura que el aislamiento social, quizás la medida más eficaz para el cuidado de la población, generó un efecto colateral directamente vinculado con la prohibición de actividades:  un paro en el dinamismo económico y social sin precedente en los últimos 50 años. Y esta crisis exigió de medidas extraordinarias para intentar amortiguarla.
Apunta que un cambio de era laboral sobrevino en cuestión de horas, y esto golpeó en el núcleo de la dinámica de la producción y el empleo: ¨nos acostamos con formas de trabajo convencionales y nos despertamos a la mañana siguiente en el mundo del teletrabajo¨, reflexiona Foglia.
Disfrutando de la dinámica de preguntas y respuestas, explica que uno de los cambios que parecían impensables es lo que está sucediendo en estas horas con el principio de irrenunciabilidad, en el sentido de la imposibilidad de renunciar a derechos. Y ahí detalla que la normativa de emergencia permite modificar las condiciones de trabajo y las bajas consensuadas de salarios mientras dure la crisis. También, que se admiten modificaciones en la jornada de trabajo para mantener la productividad, cuando antes de las medidas de aislamiento era algo inimaginable de prever.
Y hace hincapié en otra nueva cuestión: La categorización de los servicios esenciales que se encontraban listadas tradicionalmente (servicios sanitarios, energía, salud, gas y control de tráfico aéreo, entre otras), pero que ahora se han actualizado prácticamente de un día para el otro. Por ejemplo, las comunicaciones, los servicios de internet, los servicios funerarios, la industria de servicios continuos, la cadena integral de alimentación y otras tantas otras para mantener el funcionamiento del país.
Puntualiza que una medida importante fue la prohibición de despidos por disminución o falta de trabajo por fuerza mayor, lo que demuestra una situación de crisis y que los mecanismos previstos en la Ley de Contrato de Trabajo ante este tipo de situaciones resultaron insuficientes.  
Enumera que hay sectores que hasta ayer no tenían relevancia, hoy se han convertido en los más trascendentes: internet, la intercomunicación a través de nuevas plataformas y la distribución de alimentos y productos, son algunos de ellos por citar unos pocos ejemplos.
No obstante, dice que el problema de la suspensión de los despidos se centra en el tiempo de extensión, ya que esto, inicialmente, termina el 30 de mayo próximo. ¿Termina en esta fecha o va a seguir por los próximos meses?, se pregunta.
Son los múltiples trabajos del sector privado los que están, hasta el momento, pagando los costos más altos de la crisis. Explica que es un sector dinámico y ya habría que comenzar a pensar en una nueva legislación laboral que permita enfrentar los problemas que se han generado por cierre de establecimientos y la prohibición de cumplir una enorme cantidad de funciones.
A su vez, piensa que con el paradigma anterior, la distribución de productos era una actividad menor o en muchos casos muy cuestionada por las nuevas aplicaciones tecnológicas, mientras que en este momento se ha vuelto una prestación social imprescindible. De nada sirve en estas horas producir o vender productos sino se tiene una cadena de distribución hacia la puerta de los consumidores. Llevar y traer cosas se ha vuelto una de las principales funciones sociales en un momento de enormes restricciones a la circulación, asegura.
Entiende que desde este momento hay que ponerse a idear un nuevo andamiaje para impedir llegar a una situación de mayor desempleo, y, a su vez, trabajar la manera de fomentar la creación de nuevos trabajos que son más aptos para el desarrollo de nuevas situaciones, tal como nos la ha presentado una pandemia de estas características.
No tiene dudas que en estos momentos hay que hacer foco en atender las necesidades básicas de aquellos que quedaron marginados del mundo laboral y en poner en marcha medidas urgentes y eficaces para acompañar a comercios y empresas que han quedado exhaustas. Sostiene que no es suficiente anunciar políticas económicas, sino que lo que realmente sirve es realizar acciones que verdaderamente acompañen a quienes integran el sector que generan puestos de trabajo, para que a pesar de la crisis actual y lo que implicará superarla, puedan encontrar el acompañamiento y la forma de mantenerlos.

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