Inician causa judicial contra nativos por crimen de un alemán
EL 22 DE MAYO DE 1906

Inician causa judicial contra nativos por crimen de un alemán

22/05/2020
S

e toma conocimiento de que un grupo de mineros al llegar al “asentamiento del alemán Antonio Teigelacke, en Sierra Ballena, ‘encontraron la casa toda deshecha’, rastros de sangre, un caballo ‘muerto por heridas de lanza’ y huellas que, decían, corresponderían a ‘indios’ (...) el mismo día de la publicación se inició un proceso judicial”, que “comprobó que faltaban la provisión de carne, un perro y un bote, pero que las herramientas de trabajo y los enseres domésticos estaban en el lugar. Además, no se habían llevado ni remos ni cueros, ni papas ni parafina. Nueve caballos y algunos aperos seguían también en el sitio” (Alberto Harambour y José Barrena Ruiz. Barbarie o justicia en la Patagonia occidental: las violencias coloniales en el ocaso del pueblo kawésqar, finales del siglo XIX e inicios del siglo XX).
La investigación judicial incorporó varios testimonios que estuvieron afectados por contradicciones y prejuicios. Los mineros al regresar a Punta Arenas declararon que “cuando ellos llegaron el caballo seguía vivo, ‘con tres flechas en el cuerpo’, y por ellas atribuía la desaparición a los indios”. En tanto “el capitán de un barco lobero informó que habían traído de su expedición dos carabinas inutilizadas y un bote, que habían cambiado por ropa y víveres a ‘varios indios’. Al mismo tiempo, el cónsul alemán e influyente empresario Rodolfo Stubenrauch informó que (…) una goleta: ‘había encontrado en la bahía de Cuarenta Días (…) una cantidad de indios, algunos de ellos vestidos de cristianos, que decían que otros indios habían matado a un hombre blanco y que ellos les habían quitado ‘mucha plata’, un bote, un perro y dos rifles, que llevaron a bordo para cambiarlo por tabaco’. El capitán, según Stubenrauch, había intentado atrapar a los indígenas, ‘sospechando que se trataba de un robo o asesinato’, pero estos huyeron”.
Luego de la detención de nativos con ropas de europeos y su posterior fuga, el  fiscal “solicitó el sobreseimiento definitivo, considerando que “el sumario no ha podido establecer las circunstancias que mediaron en la muerte”, que no existían pruebas “de que indios salvajes lo asesinaran”, y que cabía la posibilidad de que hubiera fallecido por causas naturales o “asesinado por algún blanco y que los indios se cebaran después sobre su cadáver (...) La Corte de Apelaciones de Valparaíso ratificó la decisión” (op.cit.).

Autor : Bernardo Veksler
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