Reflejos de cuarentena

Sin fútbol

23/06/2020
M

amó el rugby desde niño. Empezó a jugar en una Menores de 10 que en esa época se llamaba Sexta. Hizo todas las divisiones inferiores y saltó rápido al plantel superior, donde vivió más de quince años entre la Intermedia y la Primera. También fue entrenador. Primero de juveniles y después de Primera, aportando también al Seleccionado Juvenil de su país. Pasó después a la etapa de dirigente, ocupando diversos cargos tanto en su Club como en la Unión, hasta que sólo le quedó participar de las comidas habituales de distintas peñas y de los almuerzos pre partidos recibiendo o visitando amigos de otros Clubes. Una vida entera junto al rugby. Pero el rugby que él vivió como jugador ya no era el mismo que el que se juega ahora. Le gustaba ver la Primera de su Club porque sentía que alguna vez también había entrado a la cancha por debajo de los palos, aunque el juego hoy era tan distinto. Empezó a dejar de ver los partidos televisados de Europa o de la Championship. Después dejó de ver los televisados locales y también dejó de ir a la cancha para ver a Los Pumas. Es que el juego había cambiado tanto. Las defensas superaban a los ataques, el juego era muy cerrado y las nuevas reglas habían desvirtuado el scrum y el maul (lo que para él era montonera). También le gustaba el fútbol. Pero el bien jugado. Era hincha de un Club que tradicionalmente trataba bien a la pelota, pero seguía también a equipos o jugadores de otras instituciones que también lo hicieran. Era más de Menotti que de Bilardo, aunque reconocía la profesionalidad del Doctor. Vivió a Bocchini, a Maradona y ahora a Messi, sin olvidarse de Redondo, Riquelme, Cruyff o Ronaldihno. La oferta futbolera de la televisión le permitió conocer a los equipos de Guardiola y admirar a Bielsa, mientras que en el plano local el “Muñeco” Gallardo iba trepando hacia el limbo de los mejores. De repente apareció la pandemia y todo se desmoronó. Lo que le quedaba del rugby –peñas, almuerzos- desaparecieron. La televisión empezó a pasar partidos de fútbol históricos. Los primeros días le llamó la atención, pero es difícil interesarse en partidos en los que uno ya sabe el resultado. Ni siquiera los goles de Messi, reiterados en todos los canales le colmaron su ansiedad. El fútbol local no sólo desapareció sino también que, aunque pasaron más de tres meses, no se sabe cuándo va a volver. Peor, parecería que a algunos dirigentes no les interesara que se reanude el Campeonato. Los programas de fútbol mostraban a los periodistas desde sus casas pero no tenían de que hablar, de que discutir. Aburrían. De repente empezó el fútbol en Europa. Primero en Alemania, después en Portugal y España. Messi volvió con un cambio de imagen pero dando asistencias y haciendo goles. Como siempre. Pero, qué tristeza es ver las tribunas vacías o que después de un golazo los jugadores no se abracen, no se apilen. Algún día se acabará la cuarentena pero él está convencido que nada será como antes. Ni el rugby, ni el fútbol. (Gentileza: Guillermo Alonso -junio/2020).

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