Postergan el juicio por el abuso de una ex marinera en la Base Naval Ushuaia
Emblemático caso en ámbito castrense

Postergan el juicio por el abuso de una ex marinera en la Base Naval Ushuaia

El hecho ocurrió en 2013. La mujer, que entonces tenía 25 años, inició una batalla desigual para lograr que el hecho fuera investigado. Perdió el empleo, la casa y la cobertura social, además de pasar un calvario para poder recuperarse. El juicio iba a comenzar el lunes pero se suspendió porque el imputado no puede trasladarse a la ciudad por las restricciones en los vuelos de cabotaje.
24/06/2020
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l Tribunal de Juicio en lo Criminal de Ushuaia postergó hasta la finalización de las restricciones en los vuelos de cabotaje, por la pandemia de coronavirus, el juicio a un suboficial principal de la Armada Argentina acusado del abuso sexual de una marinera ocurrido en 2013, cuando ambos se desempeñaban en la Base Naval de la ciudad.
La causa que puede generar un precedente histórico porque ventila hechos sucedidos dentro de una institución militar, pone en juego los códigos de silencio entre miembros de la fuerza y echa luz sobre la violencia de género en ámbitos castrenses, iba a ser juzgada desde el próximo lunes.
Sin embargo, fuentes judiciales consultadas por EDFM, explicaron que el imputado debe trasladarse en avión a Tierra del Fuego, y actualmente no podría hacerlo porque solo están permitidos “vuelos humanitarios” para personas con domicilio en la provincia.
El suboficial Reinaldo Cardozo, de 55 años, enfrenta cargos promovidos por una mujer de 32 (tenía 25 al momento de los hechos) que perdió el empleo, la casa, la cobertura social y asegura que debió someterse a un tratamiento psiquiátrico y psicológico para superar lo sucedido.
Cardozo llegará a la audiencia oral procesado por los delitos de “abuso sexual simple en concurso ideal con abuso sexual agravado con acceso carnal y por pertenecer el imputado a una fuerza de seguridad, los que concurren idealmente con el delitos de amenazas coactivas y mediando violencia de género”, según surge del expediente judicial.
“Lucía” como pidió la víctima ser identificada, ingresó a la Armada en 2011, después de haber hecho un curso en Puerto Belgrano, cerca de Bahía Blanca, y de haber regresado a Ushuaia.
“Ser militar era un sueño y un anhelo. Veía los uniformes y sentía orgullo. Creía que podía servir a la Patria. Mi primera función fue de camarera dentro de la casa de suboficiales. Les servía la comida. Eran todos hombres”, contó la mujer que sigue viviendo en Tierra del Fuego junto a su hijo, que ahora tiene 17 años.
Según su relato, Cardozo comenzó a acosarla en 2013, primero con insinuaciones y después con hechos más graves, hasta que a mitad de ese año la encerró en un depósito y la violó.
“Lucía” sostiene que cuando intentó denunciar lo ocurrido nadie le creyó, y que le aconsejaron “no hacer nada”, además de amenazarla y perseguirla.
También explica que en 2014, su abusador fue trasladado a otro destino, pero al año siguiente regresó a Ushuaia y comenzó a acosarla otra vez, con lo que, sin más opciones, la joven decidió hacer la denuncia ante la justicia.
Primero intervino la justicia Federal, pero se declaró incompetente, y después un juez provincial que no halló pruebas contra el acusado, quien fue beneficiado con dos “faltas de mérito”, hasta que el expediente quedó “en reserva” por falta de nuevas evidencias.
La mujer cambió de abogado y logró que la Cámara de Apelaciones apartara al juez y designara a otra jueza, que le dio un nuevo enfoque a la investigación.
“La causa pasó de tener unas pocas fojas a nueve cuerpos. Me hicieron una batería de pericias psicológicas y psiquiátricas. No muchos testigos, pero algunos se animaron a declarar. Se realizaron cruces de llamadas telefónicas. Fue una investigación increíble entre la jueza y el fiscal Eduardo Urquiza”, explicó la mujer.
También dijo que en la Armada “nunca me escucharon” y que espera que la causa se convierta en un precedente sobre el abuso dentro de las instituciones militares.
“Yo sé lo que se siente luchar contra un sistema y sentirse atada de pies y manos, pero romper las cadenas del silencio, hablar y pedir ayuda es liberador”, afirmó.
El juicio se postergó sin fecha fija luego de que los jueces de Ushuaia también descartaron la posibilidad de que el acusado participara por videoconferencia, una opción utilizada la semana pasada por un tribunal de la ciudad de Río Grande, aunque para el caso de un detenido en prisión preventiva.

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