Visualizan la caída de un meteoro y resplandores de incendio
EL 28 DE JULIO DE 1780

Visualizan la caída de un meteoro y resplandores de incendio

28/07/2020
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a tripulación del bergantín ‘San Francisco de Paula’, comandada por el español Antonio de Viedma, que estaba haciendo un relevamiento de la costa patagónica, visualiza “la aparición de un bólido (cometa dice el texto) que en la noche del 28 de julio iluminó el cielo por la parte Sud con resplandores de incendio nunca más vistos” (Citado por Ramón Lista. Obras Tomo 2).
“El viaje memorable de Viedma a las costas orientales de la Patagonia dio principio en el puerto de Montevideo en 1780. Recaló primero su nave en la bahía de San Julián, después en el puerto de Santa Elena y en la parte sud del golfo de San Jorge; volvió a San Julián y queriendo embocar en el río de Santa Cruz, el mal tiempo le obligó a retroceder y refugiarse en Puerto Deseado”.
Allí se cobijó Viedma y su tripulación, quienes decidieron pasar el invierno en el lugar. “Triste estación de las nieves en una comarca convulsionada y huraña, en la que los expedicionarios fueron presa de terribles enfermedades”, relató el comandante.
La caída del meteoro y los resplandores de incendios fueron tomados por los marinos “como fatídico pronóstico de males aún mayores”.
Una vez pasado el invierno, Viedma fue informado por los tehuelches “del cacique Camelo, de la abundancia de ricas maderas de construcción no lejos de las fuentes del río Santa Cruz, resolvió enviar una expedición que remontase dicha corriente ‘hasta la parte de Chile’, pues se ignoraba entonces la existencia de la cordillera en ese punto”. Aunque los hombres que emprendieron el viaje se vieron imposibilitados de alcanzar el objetivo por las rápidas corrientes del río.
Viedma fundó la colonia de Floridablanca, en las cercanías de San Julián, y, desde allí, emprendió, en 1782, una nueva expedición, esta vez por tierra, “acompañado por el cacique Camelo y sus mocetones, fieles servidores y mejores guías”. Así, atravesó los bajos de San Julián, llegó a orillas de un lago desconocido  alcanzó la zona montañosa de El Chaltén, divisó el enorme Fitz Roy, confirmando la particular característica geográfica de la cordillera andina en el sur patagónico.
El explorador español fue “el primero entre los europeos salidos del lado del Atlántico que tuvo la alta satisfacción de contemplar la elevada Cordillera en el sud y en ella el paisaje casi decorativo y grandioso del fondo del lago que hoy lleva su nombre ilustre” (op.cit.).

Autor : Bernardo Veksler
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