l Presidente del Banco de Tierra del Fuego planteó ante la Comisión de Economía de la Legislatura el complicado panorama que está afrontado la entidad durante este año, producto ello de cómo impactó sobre la actividad del sistema financiera el parate de la actividad económica generada por las medidas de contención sanitaria implementadas en el marco de la pandemia de COVID-19. A ello sumó tanto las medidas adoptadas por el Banco Central de la República Argentina en cuanto a la implementación obligatoria de líneas de crédito a tasas subsidiadas, como las determinaciones adoptadas en igual sentido en el plano provincial.
Carlos Fernández graficó la situación refiriendo que para el BTF la tasa de corte (tasa interés que debería fijarse para cubrir todos los costos del Banco y no ir a pérdida) al mes de septiembre se calculó en un 38,8%, cuando las tasas que se cobran por las líneas crediticias dispuestas por el BCRA van del 30 al 34%, y las fijadas en las líneas propias (Programa Progreso) van del 24 al 32%.
Más allá de ello refirió que la situación de liquidez del Banco en buena en función de la capitalización de $1000 millones de pesos prevista en la ley de emergencia económica.
Fernández estimó que este año el BTF cerrará el ejercicio con un resultado positivo, ajustado por inflación, del orden de los $130 millones, unos $600 millones en términos nominales.
En cuanto a cómo se proyecta el año entrante, Fernández refirió que ante el marco de incertidumbre que todavía existe en torno a la evolución de la situación macroeconómica nacional, se estima que no habrá grandes cambios respecto del año en curso, en particular durante el primer trimestre de 2021.
De todas maneras adelantó que el plan de negocios previsto contempla la continuidad del programa de mejora de atención al público y de algunos de los productos que ofrece el banco, la implementación de una agresiva política de captación de nuevos clientes y la continuidad de líneas de crédito de contención al sector productivo.
