Anglicanos proyectan crear un primer asentamiento fueguino
EL 11 DE ENERO DE 1868

Anglicanos proyectan crear un primer asentamiento fueguino

11/01/2021
E

n una carta, fechada este día, que el misionero Waite H. Stirling escribe a sus hijos, “desde un paraje al cual denomina ‘Li- wy- a’, según traducción fonética del nombre que le daban los indios de la zona, anuncia haber llegado hasta allí en la goleta ‘Allen Gardiner’, perteneciente a la South American Missionary Society”, y afirma “que tiene decidido levantar una cabaña de troncos, la cual servirá para alojar a cuatro nativos con sus familias, llamados Okokko, Pinoi, Lucca y Jack, que se dedicarán a la cría de cabras” (Ernesto J. Fitte. Crónicas del Atlántico Sur).
 “Un joven catequista, Mr. (Thomas) Bridges, habría de asistirle en la tarea de dirigir la colonia” y Stirling añade “que esperaba no obstante contar antes de finalizar el año, con una ‘casa de hierro’, la que desde ya imaginaba en el futuro, rodeada de viviendas habitadas por nativos. Explica que elige ese material, por temor a los incendios. Mientras esto no ocurriese, juzgaba preferible vivir a bordo”.
Stirling brinda una descripción del sitio desde donde está escribiendo: “Se trata de una pequeña bahía, cerrada por dos islotes, en donde ha fondeado la embarcación; está protegida por una península”, y “el istmo que la une a la costa firme”, es el lugar que han elegido para la erección de los edificios.
Bridges precisa “la ubicación del excelente abrigo conocido como Li –wy- a, situándolo en el rincón noroeste de la isla Navarino o Woollya (…) Señala que la comarca se halla desprovista de árboles y el suelo está recubierto de pasto, abundando los restos de abedules secos que sirven para leña. El emplazamiento de la reducción para albergar a los fueguinos ha sido fijado en la vertiente sur del istmo, en un sitio plagado de conchillas, donde con anterioridad hubo de haber habido tiendas indígenas instaladas”.
En cuanto a la casa en construcción, la describe como “grande, dividida en cuatro compartimientos, tres de ellos destinados a aposentos privados de los matrimonios, y uno reservado a sala común de estar”   
Cuatro meses después, Stirling escribió una nueva carta, donde afirmó “mostrarse ansioso por levantar aquella ‘casa de hierro’ en Tierra del Fuego, con idea de utilizarla como cuartel general de la Misión, estima ahora que la isla Picton, lugar de su predilección hasta entonces, no era aconsejable para este objeto” (op.cit.).

Autor : Bernardo Veksler
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