Se presentó en la Justicia el ginecólogo acusado de mala praxis
Río Grande - Deceso de una paciente en el CEMEP

Se presentó en la Justicia el ginecólogo acusado de mala praxis

El doctor Edgar Miranda Flores concurrió con su abogado al Juzgado que encabeza Daniel Cesari Hernández. Lo notificaron de derechos y garantías pero no lo imputaron. El esposo de la víctima contó lo que pasó el día de la operación.
29/01/2021
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yer el doctor Edgar Miranda Flores fue notificado de Derechos y Garantías, por el juez de Instrucción en feria, Daniel Cesari Hernández, imputándolo en una causa penal iniciada por la averiguación de muerte de la joven Lucía Baptista (35), quien fue sometida a una cirugía menor, pero su cuadro se agravó tras la operación y falleció en horas de la madrugada del domingo, en la sala de terapia intensiva de la clínica privada CEMEP, donde estaba internada.
Por este hecho, el esposo de la víctima, Carlos Herrera se presentó ante la Fiscalía en feria para radicar una denuncia, a partir de los cual el doctor Jorge López Oribe resolvió hacer el requerimiento fiscal al juez Cesari Hernández, solicitando medidas de pruebas como un allanamiento a la clínica privada, el secuestro de la historia clínica de la paciente y la exhumación del cadáver.
A partir de la apertura de la causa penal, este jueves el médico acusado se presentó en Tribunales acompañado por el abogado Francisco Ibarra, quien aceptó hacerse cargo de la defensa, lo cual fue presentado por escrito ante el Juzgado. “El doctor Edgar Miranda Flores fue notificado de Derechos y Garantía, a partir de lo cual se puso a derecho y estamos a la espera de los resultados de las pruebas para saber que delito se le imputa. Hasta el momento no se le ha realizado ninguna imputación concreta”, dijo el letrado.

Qué sucedió ese día

El día sábado 23 de enero Lucia Baptista tenía programada una cirugía para realizarse una operación consistente en ligadura de trompas a cargo del ginecólogo Edgar Miranda Flores. A las 7:00 se presentó junto a su esposo y a las 10:30 fue ingresada directamente al quirófano. En un vestidor la mujer se despidió de Carlos Herrera con un beso, confiando en verse más tarde, pero eso nunca más sucedió.
En los hechos narrados por Herrera, dijo que se presentó el ginecólogo en el pasillo donde estaba esperando y “me preguntó si mi señora había tenido algún tipo de infección y me dijo que cuando estaba operándola se encontró con algo pegado y al intentar retirarlo tocó una venita o arteria producto de lo cual se generó un sangrado; pero que me quedara tranquilo, que mi señora se quedaría un rato en terapia intensiva solo por precaución y que a la tardecita la pasaban a sala común”.
Luego de retirarse a su casa para ver a sus tres hijos, recibió un llamado desde la clínica para que concurra a terapia intensiva. “Al llegar me recibió la Dra. Escobar acompañada de otro especialista -de quien no recuerdo el nombre- y me dicen que el estado de mi señora es muy crítico”.
Más adelante Herrera contó que a medida que pasaban las horas de ese sábado “los informes de la gente de terapia fueron cada vez más críticos. Empezó a empeorar todo. Ya no funcionaban algunos órganos de mi señora. Yo siempre aferrado a Dios y a mis hijas. No dejaba de pensar en la hermosa familia que habíamos construido y que nos esté tocando vivir todo esto”.
El domingo, con el cambio de médicos, quien se hizo cargo de terapia intensiva fue el Dr. Rodrigo Sanabria, quien mantuvo las novedades sobre la paciente a su esposo. Ese día, a las 21:00 apareció el doctor Miranda Flores, con intenciones de hablar con Herrera, pero éste dijo que no quería hacerlo. “Le pedí que se retire. Él siguió hablando, nuevamente le dije que no lo quería escuchar, que se vaya; esto fue en el pasillo de visitas”.
A la medianoche del domingo, el doctor Sanabria “me dice que era cuestión de horas, que mi señora se moría, que entrara a despedirme”. A las 00:30 se produjo el deceso de Lucía Baptista, confirmado por el médico a cargo de terapia intensiva del CEMEP.
El martes, Herrera se presentó en la Fiscalía para radicar la denuncia. “Quiero que los responsables sean condenados con la máxima pena posible, que sea justa y que nunca más puedan firmar ni siquiera una receta. No hay medicina que alivie tanto dolor, solo me queda la esperanza de encontrar paz y seguir adelante, por mis hijas”, escribió en una carta que hizo pública.

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