a historia se repitió. Desconocidos provocaron destrozos en espacios que son de todos. Esta vez le tocó a la Plaza Favaloro, en el barrio Río Pipo, donde rompieron juegos y hasta se robaron las hamacas. También dañaron el cerco perimetral del playón deportivo lindero. A algunos parece que no les importa nada. Da bronca, tristeza e impotencia.