n vísperas de la llegada del invierno, por el Fin del Mundo acostumbramos a ambientarnos desde algún tiempo antes de la llegada de esa estación. Hace algunos días intensas nevadas cubrieron nuestra ciudad y como hábito cotidiano, cada quién hizo su clásico muñeco de nieve. Pero, como también suele ocurrir, la temperatura se eleva y todo ese manto estético blanco se transforma en la famosa sopa marrón que tanto nos molesta. Entre sus consecuencias, la desfiguración de nuestros muñecos de nieve.