ste día, en la ciudad de Verona, se suicida el oficial de marina Giacomo Bove. El navegante italiano había explorado la zona austral, comisionado por la Sociedad Geográfica de Roma.
El Instituto Geográfico Argentino, presidido por Estanislao Zeballos, se enteró que Bove contaba con un plan de exploración antártico; se vinculó al científico y buscó sumar el patrocinio del gobierno argentino, que, en 1881, autorizó la expedición limitándola al extremo sur continental.
Para su traslado se asignó la corbeta ‘Cabo de Hornos’. La expedición, que partió el 18 de diciembre de 1881, fue puesta bajo la jefatura científica de Bove y el mando militar de Luis Piedra Buena.
Junto a Bove, participaron el doctor Doménico Lovisato, geólogo y segundo jefe; el doctor Decio Vicinguerra, zoólogo y botánico; el teniente Giovanni Roncagli, delineador, pintor y fotógrafo; el doctor Carlo Spegazzini, naturalista que ya pertenecía al Museo de La Plata. En tanto, Piedra Buena estuvo acompañado por el capitán Edelmiro Correa, segundo jefe y representante del Instituto Geográfico Argentino. También viajaron Esteban de Loqui, el cirujano Edmundo Puch, el comisario Fermín Eguía, el farmacéutico José Frigerio y sesenta marineros.
Los expedicionarios pasaron tres días en la isla Pavón, recorrieron las cercanías. Retomaron la navegación marina el 30 de enero y siguieron el corte de la costa fueguina.
El 5 de febrero se detuvieron frente a Policarpo y, el día siguiente, en la isla de Año Nuevo.
Para esos días se habían producido dos naufragios: la barca anglo americana ‘Pactolus’ y la nave inglesa ‘Capricorn’. Piedra Buena acudió en su auxilio. El rescate de los náufragos produjo un exceso de pasajeros y paralizó la misión.
En Punta Arenas contrataron la goleta ‘San José’ y el equipo liderado por Bove pudo continuar su itinerario, alcanzando los canales del Oeste del Beagle y el 3 de mayo llegó a Ushuaia.
En bahía Sloggett, para evitar el naufragio se provocó el encallado de la nave. El barco ‘Allen Gardiner’ los socorrió y pudieron regresar a Ushuaia, y luego continuar el viaje a Punta Arenas y a Buenos Aires.
Después de una visita científica al Alto Paraná, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Italia le confió la exploración del río Congo. Al volver del África se retiró de la marina. Más tarde enfermó de neurosis y la afección lo llevó a terminar con su vida (Museo del Fin del Mundo).