ste día, el gobierno de Buenos Aires establece las instrucciones que deberá cumplir el comandante de la goleta ‘Sarandí’, capitán José María Pinedo, en las islas Malvinas. Trasladaba al sargento mayor José Francisco Mestivier –a cargo de la comandancia de Malvinas-, con 50 soldados y sus familias para residir allí.
Luego del desembarco de Mestivier, el Comandante de la ‘Sarandí’ “le dará posesión del Establecimiento, comprendiendo la Isla de Soledad, y las demás adyacentes hasta el Cabo de Hornos, enarbolando a bordo y en tierra el Pabellón de la República y haciendo una salva de veintiún cañonazos” (Ricardo Caillet-Bois. Una tierra argentina. Las islas Malvinas).
Pinedo fue autorizado “a todas las medidas que considere necesarias para hacer respetar el honor y crédito de la Provincia”.
Ante el eventual ataque que pueda sufrir la isla o el establecimiento “facilitará al Comandante los auxilios que necesite poniéndose de acuerdo previamente con él”.
La ‘Sarandí’ se encargará de recorrer “desde la Isla Soledad hasta la Isla Nueva, es decir ciento cincuenta millas, observando en toda ella los Buques extranjeros que se hallasen a la pesca a la que hará las intimaciones que le prevenga el Comandante de la Isla”.
En su artículo 9, estableció que Pinedo “en el caso de ser atropellado violentamente y que se hiciere fuego”, aplicará lo dispuesto por el Código Naval, que previene que todo Comandante (…) nunca se rendirá a fuerzas superiores sin cubrirse de gloria en su gallarda resistencia (…) lo mismo sucederá con el Buque, cuyo Comandante siguiendo los impulsos de su intrepidez se resolviese atacar e no escusar fuerzas decididamente superiores y las venciere y cuando combatiendo con ellas varase sobre la costa y por evitarlo estará obligado también a defender su bajel con el mayor valor y a quemarlo, si no pudiese evitar de otro modo que el enemigo lo aprese”.
Finalmente, estableció que el comandante de la ‘Sarandi’ “no podrá retirarse de las Islas Malvinas mientras no le fuese dada orden competente para efectuarlo” (op.cit.).
Mestivier fue asesinado en un motín el 30 de noviembre de 1832. Por consiguiente, Pinedo quedó como exclusivo responsable de la situación cuando irrumpió la corbeta británica ‘Clio’, el 3 de enero de 1833. Ante el despojo, Pinedo se limitó a una protesta verbal, cuando fue arriada la bandera nacional, y dos días después se retiro de las islas.
