entro del abanico de cosas que a la gente poco le importa hacer bien, este es uno doble. Por un lado, el perro suelto en la vía pública, y la otra, es que los vecinos sacan los residuos domiciliarios en cualquier momento sin respetar los horarios correspondientes. Por supuesto que firulais no desperdició el momento y se dedicó a romper las bolsas en busca de algún apetitoso bocadillo.