ste día, el rey español Felipe IV promulga una Real Cédula por la cual convalida el ‘Pacto de Quillín’, firmado el 6 de enero de 1641, donde se había acordado la paz con los mapuches y reconocido su soberanía sobre los territorios que después serían de Chile y Argentina.
“El imperio español, que había vencido y masacrado a decenas de pueblos indígenas de América, reconoció la autonomía y libertad de los mapuches. El acuerdo, del que solo existen registros de la época escritos por el lado español, estableció que los indígenas liberarían a los cautivos, dejarían ingresar a religiosos cristianos, y se comprometían a ser aliados de España ante cualquier enemigo extranjero” (Darío Aranda. Página 12, 6/1/ 2018).
El acuerdo fue precedido por cruentas batallas, con reiteradas derrotas hispanas. “La administración española intentó minimizar su posición de pactar, intentando hacerla ver como una piadosa concesión por parte de la Corona. Sin embargo para los mapuches estaba claro de que si los españoles proponían la paz era por temor” (Carlos Contreras Painemal, citado por Aranda).
Luego de un siglo de guerra en la Araucanía, “Francisco López de Zúñiga, gobernador de Chile, firmó con lonkos (autoridades) mapuches la paz a orillas del río Quillén (actual provincia de Cautín, Chile). Entre los puntos principales se estableció como límite el río Biobío (a la altura de Chos Malal, en Neuquén), y se reconoció la soberanía e independencia mapuche al sur del río”.
“El parlamento de Quillín se constituirá en un acto jurídico de enorme importancia. Desde allí se abrirá un periodo en donde la Corona Española buscará consolidar su poder, lo cual estará determinado por negociaciones etnopolíticas que se traducirán en tratados”, explicó Contreras Painemal, investigador y autor de libros sobre el tema.
El investigador y periodista Adrián Moyano, autor de ‘Crónicas de la resistencia mapuche’, sostuvo que “ese acuerdo también es de interés para argentinos porque hubo una concurrida delegación puelche (mapuches al Este de la Cordillera) que al día siguiente del acontecimiento central celebró el mismo tratado con el gobernador español. De manera que aquel reconocimiento trascendió la Cordillera de los Andes y se extendió a la actual jurisdicción argentina. Nótese la fecha, 1641. No, los mapuche no vinieron de Chile. En aquellos tiempos, la Argentina no estaban en los planes de nadie” (op.cit.).