ste día, se produce un cruento asalto del español Felipe Higuera. Al atardecer, tres sujetos se introducen en su comercio del paraje Tres Lagunas, en plena meseta chubutense. Con el asesinato “del hermano del nombrado” (Ernesto Maggiori. Historias de Frontera).
La noticia demoró en ser conocida, pero al llegar a medios de la región empalmó de inmediato con la reiterada prédica de la falta de seguridad, sobre todo en el sector rural.
Una semana antes, “varios individuos se presentaron (…) al negocio que Don Pablo Farrays tenía en el paraje ‘El Colmillo’, cercano a la frontera, a la altura del Baker. El negocio fue asaltado y un depósito de mercaderías que poseía fue prácticamente vaciado. Los bandidos cargaron la mercadería en varios caballos pilcheros y huyeron hacia territorio chileno”.
“La delincuencia y el asesinato eran moneda corriente, el fácil traspaso sin control de la cordillera resultaba muy atractivo para los delincuentes (…) Las casas comerciales, los boliches, debían disponer de sus capitales en efectivo en cajas fuertes. Todo el ámbito rural representaba un rápido y fácil estímulo a la hora de disponer de ‘dinero fácil’. La real desprotección” de los comerciantes resultaba muy evidente.
En esos artículos sobre la inseguridad, no sólo se enumeraban los hechos delictivos, sino que algunos sectores del poder estaban interesados en incorporar a las medidas de fuerza y manifestaciones de acción gremial. Había “a quienes les sería muy operativo no discriminar sobre esto y utilizar un discurso único para llamar la atención de las autoridades nacionales. Los diarios de Buenos Aires comenzaban a hablar de ‘bandas de delincuentes’ en toda Santa Cruz. Se estaba preparando el clima propicio para que el gobierno cediera en los reclamos de los estancieros. El diputado Albarracín presenta un proyecto para la creación de tres regimientos de caballería, con carácter definitivo en la Patagonia. Mientras tanto en San Julián, el presidente de la Sociedad Rural, el ingeniero Cobos (…) presenta un informe al Ministerio del Interior, haciendo referencia a los movimientos sindicales de esa localidad”.
“Cuando Osvaldo Bayer escribe sobre los episodios de Santa Cruz en ese tiempo, se pregunta: ‘Algo ha cambiado en el Ministerio del Interior, o Cobos tiene mucha influencia’. Cobos tenía toda la influencia de los grandes latifundistas detrás” (op.cit.).