argarita Gallardo, jubilada, afiliada y ex titular de la Obra Social del Estado Fueguino, confirmó el cronograma electoral que fija para el próximo 16 de noviembre las elecciones tanto en la obra social como en la caja de jubilaciones de la provincia, donde los estatales elegirán un director por el sector activo y uno por el pasivo, en cada una de las dos entidades de la seguridad social.
Con su habitual verba, apasionada y vehemente, Margarita señaló que una nueva elección “en lo personal es un himno para mí, simbólicamente, porque representa un acto de voluntad cívica, más allá de la obligación que tenemos”.
La dirigente de jubilados remarcó la trascendencia de los comicios para los representantes de los trabajadores estatales, al tiempo que pronunció una profunda crítica sobre las actuales autoridades de los organismos: “Hoy depende mucho de quién elijamos, porque por más que el presidente tenga voto doble, no conozco ninguna presentación que hayan hecho las vocales ni en la caja ni la obra social, aunque no ganen, pero simbólicamente. Fueron votadas para representar a los trabajadores”, cuestionó.
Reprochó asimismo que “con todos los desmanejos que ha habido en la obra social, podrían haber hecho 1500 denuncias, como las que hicimos muchos afiliados, y no han hecho nada más” apuntando a los actuales directivos, afines al oficialismo provincial.
Hábil declarante, Margarita presumió que, ante el voto doble del presidente de cada organismo como para sólo impulsar lo que interesa al Ejecutivo, “depende mucho de la calidad política, académica e intelectual que tengan enfrente, como para poder avanzar”.
Insistió en su apreciación de que “con otra calidad de directores difícilmente se hubiera podido avanzar en un gerenciamiento encubierto, te lo garantizo. Lo que se le ha permitido a esta gestión en la obra social es inadmisible e inaceptable y también es responsabilidad de las directoras” cuestionó con dureza.
En tal sentido puso de relieve las presentaciones de muchos afiliados, “nos hemos movido más los afiliados para tratar de revertir una gestión que entendemos que no nos favorece”.
Como ejemplo, esgrimió lo que esta semana plantearon a los legisladores en el marco del debate por el régimen especial jubilatorio reclamado por los docentes: “Mientras con un coeficiente se degrada el haber jubilatorio, por el otro lado nos bajan las coberturas, nos aumentan los coseguros”.
En ello radica su insistencia en el requerimiento para las próximas elecciones en los organismos previsional y sanitario, “insisto, la política está tan devaluada por los dirigentes, que espero que finalmente aparezca una mayor lucidez, gente más ilustrada en temas que son muy complejos”.
Finalmente se esperanzó en que, más allá del control que tienen que hacer los directores en las estructuras orgánicas, políticas, inversiones, balance “también está la presentación de proyectos que mejoren la calidad de vida de los jubilados. Para mí y para muchos, en estos tres años al menos no se presentó ningún proyecto que atienda el tema de la jubilación. Esto es inquietante y espero que las nuevas listas tengan pensado en qué dirección van a opinar”.
