ste día, el transporte de la Armada Argentina ‘Villarino’ arriba a Santa Cruz proveniente de la capital malvinera. A bordo viajaban el gobernador de ese territorio, capitán de fragata Carlos Moyano y su futura esposa Ethel Thurner. También viajaban varios interesados en aprovechar las ventajas que el mandatario santacruceño les había ofrecido para instalarse como hacendados en el continente.
Entre sus primeras gestiones, Moyano “pretendía llevar algunos colonos de las islas, para poblar su desierto territorio”. Desde ese viaje del Villarino, se produjo “la colonización de puertos santacruceños, en Gallegos y el Gran Bajo de San Julián” (Laurio H. Destefani. Malvinas, Georgias y Sándwich del Sur ante el conflicto con Gran Bretaña).
“Así con malvineros y criollos se fundó San Julián, se pobló Gallegos y Santa Cruz”. Entre los apellidos pioneros se encontraban Blake, Munro, Matheus, Mac Lean, Fraser, Norma, Paterson, Arnold, Braum, Hope, Scott, Kyle y Jones. “Estos ganaderos prosperaron y fundaron familias argentinas”.
“Piedra Buena había sido el primero que llevó ovejas de Malvinas a Santa Cruz y como era amigo y maestro de Moyano, es posible que éste por su consejo haya realizado el viaje (…) En Stanley adonde llegó Moyano con el velero ‘Piedra Buena’, conoció a Ethel Turner niña malvinera de 18 años”, con quien se casó seis días después del arribo del navío de la Armada.
La prueba piloto exitosa llevada a cabo en Malvinas, con la adaptación exitosa del ganado ovino, y la demanda creciente de materia prima de la industria inglesa sentó las bases de la extensión a toda la Patagonia de esa producción y la incorporación de la región al mercado mundial.
En las islas, “el número de ganado lanar creció enormemente y en 1898 alcanzó a 807.212 cabezas, el máximo a que se llegó en las islas (...) La Falkland Islands Company acaparaba la mayor parte de la producción ganadera. El único ganadero de cierta importancia entre los pocos particulares era (…) el señor J. M. Dean, el cual tenía una compañía con sus hijos; pero en 1890 no pudieron seguir cumpliendo y fue absorbido también por la Falkland (…), la cual así reunió cerca de la mitad del terreno apto para ganado y tenía la mayor parte de los lanares”. También, “comercializaba toda la lana de los pequeños productores y la transportaba. Era un verdadero y completo monopolio” (op.cit.).