a médica Verónica Baró, referente de Luccau, Lucha Contra el Cáncer Ushuaia, una ONG que trabaja en la prevención y la detección temprana del cáncer, en base a su amplia experiencia en la materia compartió algunas apreciaciones respecto de la alimentación saludable como factor preventivo, no solamente del cáncer sino también de otras enfermedades.
Su idea fue brindar algunos “tips para ayudar a que las personas tengan menor riesgo de padecer cáncer. Lamentablemente es una enfermedad multifactorial, con factores conocidos y desconocidos”. No obstante, sostuvo que “algunas cositas que podemos hacer, ayudan a disminuir ese riesgo”.
La alimentación, en primer lugar, se debe comenzar a orientar hacia una forma saludable, en la medida de lo posible: “Es muy difícil hoy en día por el ritmo de vida que se lleva” apreció a priori. En este ítem consideró importante no solamente qué comemos, sino también “cómo lo comemos, el tiempo para seleccionar la comida, para cocinar. Tomarse el tiempo para comer tranquilamente, si está hecho en casa, mejor, con la menor cantidad de grasa posible, con elementos naturales”.
La Dra. Baró insistió en la dificultad que conlleva provocar un profundo cambio de hábito alimentario, por eso agrega a sus consejos la premisa “por lo menos, hacer lo que se pueda. Si antes comíamos todos los días fritos o cosas compradas, empezar a cocinar en casa” por ejemplo.
“Lo primero es tomar una decisión. Para ello hay que tener información buena para ser conscientes de las cosas que hacemos y cómo las hacemos” añadió. En tal sentido recomendó recorrer sitios de Internet que informen cómo comer en forma saludable.
Manifestó su rechazo de plano a la moda de las dietas para adelgazar, la mayoría engañosas: “Todo lo que sea mágico y rápido, no va a ser bueno. La alimentación es un hábito y eso se cambia de a poco. Muy pocos pueden hacer un cambio radical de un día para el otro, todo es progresivo” explicó.
Aconsejó también hablar con gente que tiene conductas de alimentación saludable: “Es bueno porque te van a enseñando a cocinar y a comprar”. Mientras tanto, un sencillo nuevo hábito puede ser frecuentar más a menudo la verdulería, una o dos veces por semana al menos.
En cuanto a alimentos que directamente deberían considerarse prohibidos, la Dra. Baró prefirió hablar de “excesos. Todos los excesos son malos, inclusive los fanatismos por algunas dietas”.
Por tanto, esgrimió una enumeración de alimentos inconvenientes que hay que tender a evitar. Totalmente desaconsejable es el alcohol, que en exceso es muy dañino, incluso específicamente para el cáncer de mama, ya que es fuente de hormonas y ese cáncer se genera por el estímulo hormonal.
De igual modo el tabaco, toda vez que el cáncer de pulmón en un 90% es por causa del tabaco.
Mencionó conservantes o elementos no naturales presentes en infinidad de productos de supermercado: “Hay muchos químicos en las latas, en muchas cosas que consumimos. Es aconsejable alejarse todo lo posible de las latas y los conservantes”.
Evitar los congelados también es beneficioso, según su consejo, así como reducir el consumo de azúcares y café.
Finalmente, la Dra. Baró aludió a una serie de situaciones que rodean lo estrictamente alimentario, que consideró sumamente importantes: “El tiempo para comer, sentarnos en la mesa con gente que nos guste, compartir la comida con familia, con amigos. Y cuando uno está solo, la radio y la música son buena compañía. No la televisión con las noticias de todo el día agresivas y violentas. Ni el celular” afirmó como premisas recomendables, tanto para la persona que tiene cáncer, como para todos en general.
