ederico Marcel es uno de los gestantes de la Feria Oshovia, un espacio de actividad sociocultural tanto para vecinos de Ushuaia como para turistas interesados por el arte y la literatura local, y que ya va por su tercera edición.
El exitoso espacio recorre diferentes vertientes del arte, con acento en la producción local de literatura. “No damos abasto con la fascinación que nos generan los niveles de productividad y belleza que tienen los artistas fueguinos. Cuanto más invitamos, cuanto más se abre, más joyas aparecen. Estamos verdaderamente encantados” manifestó entusiasmado Federico Marcel.
Con el fin del invierno y la llegada de mejores condiciones climáticas, los organizadores están pensando en aprovechar los espacios que permite la casa Krund, ampliando la capacidad hacia la parte exterior, con lo cual se podría albergar a unos 40 o 50 feriantes de la nómina que actualmente manejan.
“Planeamos quedarnos ahí, los chicos nos siguen brindando el apoyo y el espacio” adelantó Federico en referencia a Krund, la antigua casa de chapa donde funciona la cervecería. El público accede a libros, lecturas, radio, música, objetos culturales, además de tomar una cerveza o un café. Eso hace “que la gente se quede un ratito más dando una vuelta y eso genera un buen clima, un lubricante social importante que creo que mejora muchísimo la estadía del público en la feria” agregó.
El acento de Oshovia siempre estuvo puesto en lo que Marcel llama “la noción de diseño del libro, un espacio de encuentros, un espacio de feria y también un espacio para potenciar otros trabajos”. En ese sentido mencionó el surgimiento de novedosas colaboraciones entre artistas con un perfil “transgeneracional, de artistas más jóvenes con otros un poco más consagrados, para compartir sus experiencias”.
Adelantó que, para la próxima feria, la cuarta, están organizando junto a la artista y docente Mónica Alvarado, que alumnos de los años avanzados del colegio Polivalente, donde ella ejerce, “puedan ver de primera mano cómo es el circuito cultural, que no solamente se basa en la producción, sino en la comercialización de lo que se gesta. Queremos que esas primeras experiencias también estén presentes para la juventud. Y, además, atraer a un público más joven con una propuesta artística que hable a las nuevas generaciones en ese código también”.
Reconociendo su explícita preferencia por los libros, Federico identificó al stand de literatura como imprescindible a lo largo de las distintas ediciones de Oshovia: “La literatura tiene que estar presente porque es parte fundamental y porque tenemos muy grandes escritores”, entre los que enumeró a Carlos Zampatti, Cynthia Cordi y Alicia Lazaroni, así como a Alicia Casas, una encuadernadora que utiliza métodos medievales, Luna del Valle y el fotógrafo Gustavo Groh, con una selección de remeras basadas en la figura de Simón Radowitzky.
