Antonela se convirtió en la primera abogada descendiente del pueblo Selk’nam
Reside en Tolhuin

Antonela se convirtió en la primera abogada descendiente del pueblo Selk’nam

Es madre de cinco hijos, y acaba de graduarse como abogada en una universidad nacional, tras cursar cuatro años y medio. Orientará su profesión a la defensa de los derechos de los pueblos originarios, que representa.
03/01/2023
A

ntonela Guevara (37) se convirtió en la primera descendiente de uno de los pueblos originarios de Tierra del Fuego, el Selk’nam, en recibirse de abogada, después de cursar en la Universidad Blas Pascal y lograrlo en el excelente tiempo de cuatro años y medio.
La propia Antonela relató por FM Master’s que comenzó a estudiar la carrera a fines del año 2017, en un inmejorable tiempo que compartió con la crianza de sus cinco hijos y su trabajo.
La flamante abogada, arraigada en Tolhuin, tiene conocimientos sobre derecho indígena “porque soy una militante activa dentro de la comunidad con respecto al derecho indígena y todo lo relacionado con los pueblos originarios”. Por ello, confirmó que se apresta “a trabajar en función de mis intereses que fundamentalmente tienen relación con los pueblos originarios”.
En tan solo cuatro años y medio logró completar el plan de estudios previsto para cinco años, lo que demuestra cuánto la apasiona su nueva profesión. “Todavía no me toman juramento, el título demora unos cuatro o cinco meses en llegar a la provincia” aclaró, aunque ya inició en el colegio profesional los trámites para informar y presentar certificado analítico y constancia de título en trámite.
La Ley establece que se debe matricular en el Colegio de Abogados Río Grande. “Verdaderamente me gustaría jurar en Tolhuin, porque ya tenemos nuestro primer juzgado y sería la primera abogada que podría jurar en la localidad. Me parece que sería justo” anheló Antonela.
La flamante letrada consideró que dentro de la comunidad “tenemos un montón de cuestiones pendientes que resolver” en relación con su profesión. Orgullosa reconoció que “muchos de los integrantes de la comunidad desean que yo pueda representar esos intereses, tengo que esperar a matricularme para empezar a conversar ya las cuestiones más específicas”.
Enunció como la principal deuda que tiene el Estado para con los pueblos originarios es “reconocer el genocidio perpetuado al pueblo selk’nam en manos del Estado en complicidad con la Iglesia. Esa es la reparación histórica que le debe el Estado al pueblo selk’nam, definitivamente”.
También inscribió en el calificativo de “complicidad del Estado”, el silencio en cuestiones relacionadas con el territorio “que están fuera del marco de los tratados internacionales y las propias leyes nacionales que los amparan. Deudas pendientes el Estado tiene un montón con nosotros”. Explicó al respecto que las leyes provinciales no se ajustan al concepto de propiedad comunitaria “ni a la realidad que vive nuestro pueblo”, por lo que aventuró que “hay que trabajar mucho en la Legislatura con la modificación de las leyes, porque la gran mayoría son anteriores a la Constitución nacional y luego a la reforma donde se reconoce la preexistencia de los pueblos originarios”.
Antonela quiso transmitir su experiencia en la esperanza de que su gran logro, producto de un gran sacrificio, pueda resultar inspirador para cualquiera que quiera cumplir un sueño, como ella: “No importa qué tan difícil sea lo que te suceda, si una tiene un sueño y quiere cumplirlo, no hay nada más lindo que ese momento llegue. Perseguir sueños, sobre todo que lo puedan hacer con mucho amor, pasión con convicción, es la clave para cualquier sueño, no importa si es grande o chiquito”.

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