ste día, los presos políticos del gobierno de Agustín P. Justo se enteran que su destino era Ushuaia. “Son las 6 de la mañana de un día de enero que promete ser caluroso, pero los detenidos sienten que el frío los inmoviliza. ‘¡Con ropas de verano!’ es el grito que sale de todas las bocas. Pero habrá tiempo de preparar el equipaje. Por lo menos eso les dicen y las familias, avisadas, se ocupan de hacer las valijas en Buenos Aires” (Jimena Sáenz. 1934. Radicales en Ushuaia. Revista Todo es Historia N° 78, noviembre de 1973).
Los radicales se encontraban confinados en la isla Martín García. “Allí permanecen once días en la incertidumbre; saben solamente que pueden elegir el exilio por el artículos 23 de la Constitución, en su calidad de presos políticos. Entre los doscientos, muchos deciden emigrar y otros prefieren que el gobierno elija por ellos”.
El ex presidente Marcelo T. de Alvear encabeza un grupo que parte hacia Europa. “Los trasladados al sur se embarcan en el ‘Chaco’ (…) La opinión pública se asombra: viajarán al peor penal de América ciudadanos como Ricardo Rojas, Cantilo, Honorio Pueyrredón, el ex canciller Güemes, el ex ministro Álvarez de Toledo, el sobrino de Yrigoyen, Martín. Nunca ha sucedido que gente importante como ésta tenga por destino Ushuaia, reservado hasta entonces para presos reincidentes” y sociales.
El 13 partieron hacia su destino fueguino. “Poco antes de que el ‘Chaco’ zarpe, se hace bajar a Raúl Scalabrini Ortiz, que se halla en calidad de comunista: haciendo uso del artículo 23 ha elegido ira a Europa en vez de Ushuaia”.
En Ingeniero White el barco hace una escala. Uno de los trasladados, Mario Guido, era muy popular en la zona, recibe 12 cajones que son subidos a bordo como regalo de sus correligionarios. Guido había sido presidente de la Cámara de Diputados y vicegobernador electo en la fórmula Pueyrredón -Guido en las elecciones anuladas de 1931. También se encontraba el diputado y periodista Víctor Juan Guillot, que escribió ‘Paralelo 55. Dietario de un confinado’.
Al llegar al Beagle, la maravilla del paisaje les hace olvidar el confinamiento y la estrechez de los camarotes: “La belleza está en todos los rincones. Sólo la desolación pone su nota de insomnio, que la imaginación dramatiza. El derrotero se hace caprichoso, porque hay que ir sorteando islas, rocas y cabos que se prolongan en restingas peligrosas” (op.cit.).
