avier de Gamas Soler es Juez de Instrucción del Distrito Sur de Tierra del Fuego desde hace más de 20 años.
Según consta en la investigación sobre las irregularidades cometidas durante la tramitación de la “Causa AMIA”, De Gamas está involucrado activamente dentro de un sin número de delitos durante la instrucción del mayor atentado terrorista sucedido en territorio argentino. Lo tiene como actor principal y responsable del pago de dos cuotas de U$S 200.000 al entregador del vehículo empleado para cometer el atentado, Carlos Telleldín.
El pago ilícito por parte de De Gamas de los U$S 400.000 con fondos ilegales aportados por la SIDE en favor del reducidor de autos fue a cambio de declaraciones de Telleldín para desviar la investigación e inculpar a policías de la bonaerense. El actual juez de instrucción también está imputado por los presuntos delitos de extorsión a abogados y testigos que declararon en la causa AMIA, y por orquestar un montaje delictivo junto con agentes de inteligencia en las instalaciones del juzgado que estuvo a cargo del Juan José Galeano.
Que Javier De Gamas Soler garantice Justicia es un absurdo fuerte, ya que, como sostienen los familiares de las víctimas del atentado a la AMIA y los organismos de derechos humanos, debiera estar condenado por los graves delitos por los que se encuentra aún acusado, y no estar impartiendo Justicia al frente de ningún tribunal.
Encima, lo de De Gamas es único y expone falencias estructurales de la administración de Justicia.
Ningún otro juez en actividad en Tierra del Fuego fue detenido por “falso testimonio”, como es el caso del juez Javier De Gamas.
El actual juez penal fue detenido oportunamente como resultado de las atrocidades que cometió siendo secretario del ex juez Juan José Galeano.
A causa de los delitos en donde se encuentra imputado, De Gamas estuvo preso cuando se presentó a declarar en carácter de inculpado ante el Tribunal Oral Federal en el juicio en donde se investigan los delitos cometidos en la causa AMIA.
Es una frase que se ha usado como pocas para describir el cinismo judicial, pero nadie como Tato Bores ha explicado con tanta sencillez y claridad la tragedia de tener jueces en actividad que no deberían ejercer las más altas responsabilidades de una república.
Siempre vigente: ¨Desgraciada la generación cuyos jueces merecen ser juzgados¨