l objetivo es sumar instrumentos para la estabilidad económica, con los ejes puestos en reducir la deuda externa, financiar al Tesoro Nacional y absorber los excedentes de pesos en el mercado que empujan las cotizaciones de los dólares paralelos.
En la actualidad el fondo de los jubilados cuenta con US$ 11.150 millones de títulos públicos con legislación local y US$ 2.500 millones bajo ley extranjera.
Los títulos serán entregados en su totalidad a Nación, que los sacará de lista e implicará un desendeudamiento directo.
Por los casi US$ 12.000 millones ley argentina, que implican un volumen mayor, lo firmado por Massa y acordado con la titular de la ANSES, Fernanda Raverta, consiste en que el FGS los salga a licitar de forma gradual.
Del resultado, el 70% quedará en manos del Tesoro, mientras que el otro 30% se mantendrá en el Fondo.
Estos cerca de $ 400.000 millones podrán destinarse al inciso L que rige a la entidad, es decir, proyectos productivos en la economía real y créditos para los jubilados.
El restante que surja de las operaciones será compensado por el Tesoro al FGS con un bono dual que ajuste por inflación y devaluación.
Tendrá una tasa del 8% y un cupón del 3% y a 13 años, una cualidad atractiva en un título que no perderá contra aumentos ni dólar.
El título será adquirido a un valor técnico, lo que implica que ANSES le entregará a Nación títulos a $60 (precio de mercado), mientras que recibirá a $100.
Fuentes de la ANSES sostienen que el fondo de los jubilados se beneficiará con una valorización extra de su patrimonio estimada en US$ 2.000 millones.
Esto, sumado a los $ 400.000 millones que recibirá en entrega de los papeles en moneda extranjera y al provecho adicional de tener un activo que se indexa por inflación y devaluación.
A enero, el patrimonio del Fondo se encontraba en US$ 56.500 millones.