l abogado Raúl Paderne reveló las particularidades de un grave caso de una falsa denuncia sobre un padre, a quien legalmente representa, que fuera acusado por su ex mujer y madre de su hija de supuestos abusos sobre la niña, por la cual fue absuelto, pero que en su momento disparó medidas de restricción en el contacto con la menor.
Sin mencionar apellidos para respetar la intimidad de la niña, Paderne relató que, en el expediente de muy larga data, “la madre y después agregado la pareja de la madre, hicieron de esta causa una gesta personal con falsedades alarmantes. Cada una de esas falsedades, tenían un motivo espurio que era evitar el contacto de mi cliente con su hija”.
Así Paderne afirmó que “cada una de esas falsedades fueron cayendo en las instancias procesales primarias de la causa, primero una falta de mérito anulada por la Cámara de Apelaciones de Río Grande en su momento, se volvió a dictar falta de mérito y volvíamos siempre con una insistencia de la Cámara de Apelaciones en materia penal para volver a investigar”. Pese incluso al cambio de jueces y a la extensión en el tiempo del proceso, todo concluyó en el punto en que el fiscal de la causa no efectuó acusación.
El letrado consignó que los querellantes, madre y pareja, en tiempo procesal inoportuno, fuera de término, “sostuvieran ellos en forma personal la acusación para llevar la causa a juicio”, lo que a entender de Paderne no correspondía bajo ningún punto de vista. “Se hizo el juicio y fue muy evidente todo este armado, toda esta falsedad, hasta agraviante, no solo por lo que le dicen al padre, sino en la forma, realmente muy bajo, además de falaz, bajo” calificó el proceso.
Finalmente llegó la sentencia del Tribunal oral absolutoria, lo que motivó una presentación por los derechos de la menor vulnerados. El abogado considera “prácticamente imposible, o muy difícil, restaurar ese vínculo” con el padre, por lo que aventuró “un trabajo arduo que tendrá que llevarse a partir del juzgado de Familia, que siempre supeditó su decisión a las resultas de la causa penal”. Agotadas ahora absolutamente todas las instancias, tras el doble rechazo del Tribunal Superior a las dos casaciones, “hoy ya está, no hay más nada”.
Buscando explicaciones sobre el proceso exageradamente extendido en el tiempo, Paderne lo adjudicó a los querellantes, “que utilizaron todas las herramientas posibles, faltando a la verdad, y recurrían, y en algunos casos con decisiones absolutamente equivocadas por la Cámara de Apelaciones de Río Grande, que permitía la continuidad de una causa que claramente no tenía ninguna significación real”.
Lo atribuyó claramente a la actitud de la progenitora “y a dos o tres fallos equivocados de la sala penal de la Cámara de Apelaciones, que fueron corregidos después por la propia Justicia”.
El doctor Iriart, juez de Familia que quedó a cargo de la causa respecto de los derechos de la menor, “deberá iniciar las acciones tendientes a la revinculación, cosa que no va a ser fácil, es muy compleja” añadió.
Consultado sobre una posible penalización o cuestionamiento a quienes formularon tan dañina acusación comprobada en su falsedad, el Dr. Paderne consideró, a título personal, que “debería penalizarse en todos los aspectos de responsabilidad a esta mujer que logró manipular e inventar supuestas situaciones que después no fueron acreditadas, obviamente, y más descartadas, al punto de inexistencia del hecho. Debería tener su responsabilidad” opinó y depositó la decisión en su cliente en lo que se refiere a una posible acción de reclamo, tanto en la esfera civil como en la familiar. “Yo creo que la responsabilidad como madre de negar bajo falacias y dinamitar, porque es lo que ha hecho, ese vínculo, tiene que tener consecuencias” anheló.
En tanto, también consideró que el Estado, que en su momento intervino en resguardo de la menor, ante la presunción del delito, finamente inexistente, debería intervenir en contrario, impulsando la re vinculación de la niña con su papá: “si van a estar a la altura de las circunstancias, lo veremos con el desarrollo de la causa que está llevando adelante el Dr. Iriart”. En su razonamiento, el Dr. Paderne piensa que “no sólo sería una cuestión de poder, sino de deber, porque ha habido intervención de determinados sectores periciales que han estado realmente no a la altura de las circunstancias. Creo que hay capacidad para revertir esto, y ojalá que así sea” exhortó finalmente.
