l responsable de la empresa Argenwolf, el capitán de ultramar Ulises Castagnaro, ganador de la licitación para llevar adelante el punto de venta de frutos de mar en Ushuaia, en el carrito dentro del predio de la planta procesadora de crustáceos, brindó detalles de la instalación en Tolhuin de la nueva planta procesadora de frutos de mar, pescados, mariscos y bivalvos, en la localidad de Tolhuin, tal como anunció recientemente el intendente Daniel Harrington.
La planta modular, con una dimensión de 300 metros cuadrados, estará destinada a la preparación de los bivalvos, y va a permitir que futuras inversiones puedan contar con una planta para la expansión del negocio, recibir pesca artesanal y procesar centolla y centollón.
Con respecto a la localización, Castagnaro planteó que “Ushuaia ya se está perfilando como una ciudad turística netamente. Y veo Río Grande y Tolhuin como para que en un futuro haya polos industriales. Creo que la cosa apunta hacia ahí”. De hecho, el paso por Tolhuin es inevitable si se piensa salir por el futuro puerto de Río Grande o por Punta Arenas con contenedores.
En cuanto a la mano de obra que empleará la iniciativa, consideró que en su implementación “va a ser algo paulatino, justamente uno de los cuellos de botella que tiene es formar gente. Con el apoyo de la provincia vamos a poder hacer cursos de capacitación que van a llevar más de un año. La pesca va a ser gradual y lo mismo la formación de la gente” apreció al respecto.
Habló de un mínimo de 30 personas, que en su momento permitirá “ampliar y poder trabajar en turnos con más personas”.
A continuación, Castagnaro describió las características del trabajo de la pesca, donde enfatizó que “acá se trabaja el 9 de julio, el 25 de mayo, el barco pesca todo el año, se descarga de noche, la gente trabaja húmeda”. Si además la mercadería tiene mucho valor con la consiguiente exigencia del consumidor, calculó que “esto va a llevar años”.
La planta, según explicó, no solo va a generar un valor agregado, sino que va a facilitar el negocio a los pescadores artesanales, “porque hoy no tiene posibilidad de acopio, se ve limitado a pescar lo que tiene vendido, no puede guardar. Entonces, de esta manera, le vamos a poder dar un servicio”.
Otra ventaja que resaltó es que quien lo va a consumir “sabe que tiene una trazabilidad, que tiene un control sanitario, que yo pago impuestos, que hay gente responsable, que fue transportado en un vehículo adecuado”. Pero, insistió en que alcanzar esos niveles “va a llevar tiempo. Esto no es fácil, es una actividad nueva”.
En términos más generales, Ulises Castagnaro manifestó su convencimiento de que “hay que apuntar a los recursos naturales. La Argentina vive de sus recursos naturales. Para que sea algo genuino para la provincia, hay que apuntar a lo que es nuestro y no estar vulnerables a políticas nacionales, a cambios de gobierno, a cambios de humor”. Así, entiende que potenciar lo que es nuestro “creo que son buenas iniciativas de los gobiernos que han tomado, igual el gobierno municipal”.
Por otro lado, y para apuntalar la viabilidad de la actividad, mencionó la necesidad de “explorar el recurso. A ciencia cierta sabemos lo que hay, pero no sabemos cuánto ni por qué. Hay que determinar cuánto se puede pescar”.
Explicó que las especies que se capturan para el proceso, “son bichitos que viven en la temperatura donde están cómodos, en la salinidad donde están cómodos, en la presión que sienten de la columna de agua donde están cómodos. Cuando hay variables afectadas, como si vos explotas una de las especies y como se comen unos a otros, vas a provocar que el que es depredado se va a reproducir demasiado”.
Por eso, el estudio a encarar no debería ser solamente cuantitativo, sino “saber por qué hay más o hay menos, cuánto va a haber el año que viene, la temperatura del agua, el principio de la cadena, dónde termina. Después un estudio permanente del impacto de la pesca para que sea algo responsable”, dado que de no hacerlo en forma sustentable “haces una sobre pesca y en unos años te quedas sin materia, después la gente se queda en la calle. Hay que adecuar la inversión al recurso. Esos trabajos tardan años”.
Finalmente, se refirió a la poca costumbre en Argentina de consumir productos de mar frescos: “es un tema endémico, la Argentina vive de espaldas al mar” definió. Si bien es evidente que somos un pueblo básicamente carnívoro, denotó que “desde hace unos años se están cambiando los hábitos de la gente por una cuestión de salud. Se está consumiendo más pescado”.
Por ello, “con la llegada nuestra estoy seguro que va a provocar que la gente pueda consumir pescado fresco, va a ser algo inevitable. Y esperemos que la gente, al tenerlo a un precio accesible y fresco, estoy seguro que lo aprecia” concluyó Ulises Castagnaro.
