n un contexto de creciente preocupación por la situación vivida en la reserva natural Bosque del Faldeo en Ushuaia, la geógrafa Andrea Coronato, investigadora del CADIC CONICET, brindó su visión científica sobre la trascendencia de conservar áreas naturales en la ciudad más austral de Argentina. Su análisis se centró en la relevancia que estas zonas protegidas tienen en términos urbanos, ambientales y culturales.
La reserva natural Bosque del Faldeo fue escenario de tensiones en las últimas semanas debido a ocupaciones de tierras y conflictos asociados. En este contexto, Coronato enfatizó la necesidad de mantener espacios naturales y culturales que conforman el paisaje fueguino y que albergan elementos de gran valor para la sociedad: "Las reservas se constituyen, o se crean, con el objetivo de proteger, conservar uno o varios elementos que conforman los paisajes", explicó la investigadora.
En la provincia de Tierra del Fuego, estas áreas de reserva son especialmente relevantes debido a la riqueza natural y cultural que poseen: "En nuestra provincia tratamos de proteger o conservar algunos elementos naturales que conforman nuestro paisaje, que están valorados por distintas sociedades, sobre todo por su casi prístino estado", añadió Coronato. Estos espacios se convierten en testigos de la evolución de la región y su relación con el entorno natural a lo largo del tiempo.
La geógrafa resaltó que la preservación de reservas naturales no solo tiene un valor ambiental, sino también económico y cultural: "Si una sociedad del presente modifica totalmente su paisaje natural, el lugar donde se emplaza, está quitando la posibilidad al futuro, a las generaciones y a las sociedades futuras, de saber cuál era el ambiente en el que su sociedad previa se formó y se desarrolló", advirtió. Además de la pérdida de patrimonio natural, también se pueden perder recursos naturales que en el futuro podrían ser fundamentales.
Las consecuencias de no preservar estas áreas naturales pueden ser diversas y afectar a distintos aspectos de la vida en la ciudad y sus alrededores: "Hay consecuencias negativas desde lo cultural, por la pérdida de ese patrimonio natural, cuestiones negativas de lo económico, por pérdida de recursos, y también hay consecuencias negativas en la convivencia entre sociedad y naturaleza que es, quizás, lo más perjudicial en el corto plazo para el desarrollo de una ciudad o de un territorio en general", señaló Coronato.
Si bien las áreas naturales pueden sufrir modificaciones y alteraciones por influencia humana, su preservación es crucial para garantizar el equilibrio ambiental y la convivencia sostenible entre la sociedad y la naturaleza. Coronato resaltó la importancia de la planificación urbana y el respeto por estos espacios: "El bosque cumple muchas funciones ecosistémicas. Algunas son del hábitat de aves y otros animales que no vemos, pero que necesitan del bosque para vivir”.
En un contexto donde la urbanización y el desarrollo pueden entrar en conflicto con la preservación del medio ambiente, la voz de expertos como Andrea Coronato adquiere un valor fundamental para la toma de decisiones informadas y la promoción de prácticas sustentables.