ste día, un matrimonio de turistas españoles no videntes, y recién casados, escala el glaciar Martial para cumplir su sueño de fin de luna de miel. “La pareja compuesta por Miguel Morón e Itziar Berron ascendió hasta los 900 metros de altura sobre el nivel del mar hasta llegar a la parte más alta del Glaciar” (Telam).
La pareja pudo concretar la experiencia gracias a un grupo de guías de turismo que aceptó acompañarlos a pesar de que nunca habían atravesado una situación similar. “Era algo que nos propusimos y que queríamos hacer. Subir al glaciar constituía la experiencia sensorialmente más interesante de nuestro viaje”, afirmó Morón.
Miguel e Itziar viven en Madrid, y aunque están juntos desde hace 13 años y desde hace cuatro conviven, decidieron casarse y pasar la luna de miel en la Patagonia argentina. “Los dos somos esquiadores, nos encanta el invierno, la nieve y las montañas, por lo que llegar a esta región era algo que queríamos hacer desde hace mucho tiempo”, explicó Miguel.
Los turistas arribaron a Ushuaia y de inmediato se contactaron con un grupo de guías, a los que propusieron el ascenso a la montaña. “Se entusiasmaron tanto como nosotros con esta aventura. Era la primera vez que guiaban a no videntes y no tuvieron ningún problema en aceptar. Se lo agradecemos a todos, en especial a Sabrina Kisman”, valoró el turista. La experiencia de llegar hasta la cima de la montaña congelada fue “maravillosa”, describió el hombre.
“Saber que uno está ahí es increíble. Percibíamos el viento, el frío, la inmensidad. Nos sumergimos en la nieve hasta las rodillas. Caminamos por laderas. Fue un cúmulo de sensaciones”, relató Morón. También explicó que mientras una persona común puede apreciar el paisaje desde cualquier perspectiva, un no vidente “necesita percibirlo de otra manera, estando arriba del glaciar”.
El turista español dijo que durante el ascenso “nunca sintió miedo”, porque los guías “mantenían un clima relajado y distendido”.
La pareja de turistas también realizó las excursiones clásicas de Ushuaia, como la visita al antiguo presidio, al Parque Nacional Tierra del Fuego y al Trencito del Fin del Mundo. Relataron que la ciudad está preparada para el turismo inclusivo, aunque, como otros lugares, carece de infraestructura específica, como semáforos sonoros para cruzar las calles y avenidas (op.cit.).