ntre las irresponsabilidades compartidas a la hora de cuidar el espacio que habitamos, aparece como recurrente la falta de colaboración por parte de algunos vecinos a la hora administrar sus residuos. No hablamos de procesos demasiados complejos, simplemente de cumplir con el correcto embolsado y puesta a disposición del servicio de recolección en los cestos a los horarios establecidos. La inobservancia de lo normado es celebrada por tierra y aire por especies varias. Perros, ratas y chimangos ajustan sus relojes para darse, cada uno a su turno, un auténtico festín con la esperada concecuencia del desparramo de basura por doquier.