ustavo Lovrich, investigador especializado del CADIC-CONICET, fue consultado sobre la disponibilidad real de centolla en aguas de jurisdicción provincial, en vistas del acuerdo que el Gobierno de Tierra del Fuego rubricó con la empresa Crustáceos del Sur SA, Hovik Nersisyan, para promover el consumo.
Dijo que los últimos datos son del año 2016 y teniéndolos en cuenta es poco probable que la población de centollas se haya recuperado después de estar varios años con poca producción.
El especialista hizo una reseña de la situación poblacional más reciente registrada y de su evolución. Explicó que en el año 1994 era muy baja la cantidad de animales por trampa por eso se estableció una veda a la pesca en el canal Beagle, veda que duró 19 años. En el año 2013, con otra ley de manejo pesquero se habilita nuevamente la pesca y en el 2016 tuvimos el último estudio, este dio que las cantidades de centollas por trampa era más o menos la misma que en el año noventa y cuatro. En el noventa y cuatro era de dos animales por trampa y en el 2016 de tres animales por trampa.
Indicó que al comienzo, cuando se empezó a registrar la pesquería los animales por trampa eran ocho y de gran tamaño; mientras que en el 2016, además de ser menor la cantidad de animales por trampa, estaban por debajo de la talla legal que es de 11 centímetros. Esto se dio tanto en ejemplares machos como en hembras.
No obstante, lo más impactante, según comentó, es que una de cada tres hembras tenía huevos. “Si en 2016 había pocas hembras con huevos es muy difícil pensar que hoy, ocho años después, con las centollas que nacieron en 2016 que eran pocas, las hembras hayan llegado al tamaño pescable hoy en 2024”, evaluó.
“Esto quiere decir que posiblemente la población no se haya recuperado desde 2016 y mientras tanto se siguió pescando. Con lo cual las centollas disponibles no solo mueren por muerte natural sino también porque las pescan”, remarcó y consideró que la veda no tuvo ningún efecto positivo en la población de centollas “Entre otras cosas, no tenemos que olvidarnos que una dimensión adicional al problema es que compartimos el canal con Chile y Chile sólo en algunos casos copió las medidas de manejo implementadas por Argentina”, acotó.
Sobre el convenio que rubricó el Gobierno, Lovrich manifestó que “hay un stock de centollas en la jurisdicción nacional. Ese stock es el que está siendo pescado por una compañía y lo que se dice es que parte de esa centolla quede en Ushuaia”,
De acuerdo a lo que explicó, se trata de un barco industrial, que tiene 20 o 30 días de marea, sale, procesa parte a bordo y el procesado es diferente al que se hace de la centolla en Ushuaia. “Este barco cocina y congela las patas Me imagino que ese barco dejará parte de esa captura en Ushuaia para que se comercialice en el lugar”, concluyó.