Tiburones en Tierra del fuego, claves para el ecosistema
Vida marina

Tiburones en Tierra del fuego, claves para el ecosistema

Habitan las aguas preantárticas que rodean a la isla y son fundamentales para el equilibrio ecológico. Matías Delpiani, especialista del CADIC, brindó información de este animal marino que generalmente las personas desconocen.
08/04/2025
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a idea más difundida es que no existen tiburones en Tierra del Fuego y quizás también los conceptos que se tengan sobre ellos sean erróneos.

Sin embargo estos habitan las aguas pre-antárticas que rodean la isla.

Matías Delpiani, Doctor en Ciencias Biológicas, dio detalles sobre la vida de este animal marino en la región y sobre su importancia a nivel ecológico. El especialista estudia la Ictiofauna marina del sur argentino; trabaja en el Centro Austral de Investigaciones Científicas (CADIC) en Ushuaia, dependiente del CONICET, y es docente de la Universidad Nacional de Tierra del Fuego.

“Generalmente, los tiburones se encuentran en todo el mundo. Acá en Argentina tenemos unas 55 especies. Particularmente en Tierra del Fuego hay reportes de unas 10 especies” explica Matías. Algunas de estas viven de forma permanente en la región, mientras que otras solo la visitan como parte de su ruta migratoria por los océanos Atlántico y Pacífico. “Principalmente se encuentran la pintarroja (Schroederichthys bivius) y el tiburón espinoso (Squalus acanthias), que son medianos, de entre 0.90 m y 1,60 m. Luego se ha reportado el gatopardo (Notorynchus cepedianus), un tiburón que llega hasta los 2.6 metros y tiene distribución desde Tierra del Fuego hacia el sur de Brasil”, precisó Delpiani tal como publicó El Rompehielos.

El especialista señaló que la presencia de los tiburones es fundamental para mantener un ecosistema equilibrado. “Regulan todo lo que serían las presas que están debajo de él. Al mismo tiempo hacen de selección natural, alimentándose de las presas que están enfermas, los más débiles. Son importantes para la regulación trófica, ya que controlan las poblaciones de sus presas desde lo más alto de la cadena alimentaria. De este modo, contribuyen a mantener el equilibrio ecológico”, explicó.

“Si uno saca los tiburones, desaparece el predador que controla a otros predadores que se alimentan de herbívoros. Si esos predadores intermedios aumentan, terminan eliminando a los herbívoros, y entonces los fondos comienzan a cubrirse de algas. Esa es la regulación que hace el predador tope”, ejemplificó en este aspecto.

El Doctor en Cs. Biológicas desmitificó una idea instalada por Hollywood y que se basa en que el tiburón es peligroso para la población. “El tiburón lo que tiene es una mala fama. A partir del cine, por ahí los medios. Buscás películas y lo que sale es ‘El ataque del tiburón’, ‘El tiburón de dos cabezas’, cientos de películas. Los documentales lo mismo, todos son apuntando por ahí al tiburón, y encontrás uno o dos documentales en los cuales te documentan lo importante que es el tiburón, pero el 90% apunta a poner como figura peligrosa al tiburón, sin embargo, tendrían que ponerlo como una especie clave en los ecosistemas, para conservar la biodiversidad”, manifestó.

Por último, expuso que en Argentina hay unas 55 especies de tiburones, de las cuales alrededor de 20 están en peligro de extinción.

 

Variedad de especies

Con respecto a la variedad de especies presentes en la zona, el biólogo contó que hace poco se encontró un tiburón sardinero (Lamna nasus) en la costa de Río Grande. Esta especie, según apuntó, circula de norte a sur y también se ha reportado en Mar del Plata y Necochea. “Son grandes, de hasta 3.5 metros, y suelen quedar varados”, remarcó.

Por otra parte, comentó cómo reconocer a algunas especies como la pintarroja que generalmente tiene manchas oscuras en forma de montura arriba y puntos negros dispersos. Son ejemplares pequeños, de hasta 90 centímetros, con dos aletas dorsales de igual tamaño.

Otra especie de la región es el tiburón sardinero, con hocico cónico y puntiagudo, con una primera aleta dorsal grande, y una segunda aleta más pequeña, la forma es similar a la del tiburón blanco, llega a medir hasta 3.7 metros y a pesar 225 kilos.

Por otra parte está el gatopardo, caracterizado por una sola aleta dorsal y una aleta caudal  larga; tiene 7 hendiduras branquiales mientras que los otros tienen 5. Se lo considera dentro de los tiburones primitivos entre los tiburones actuales, dado que tiene más hendiduras. Llega a medir hasta 2.6 metros y pesa cerca de 100 kilogramos.

En la imagen, obtenida en los monitoreos que lleva adelante Proyecto Arrecife, podemos ver ejemplares de tiburón gatopardo (Notorynchus cepedianus).

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