a concejal Daiana Freiberger decidió por su cuenta que Ushuaia necesita un toque de modernidad, y su idea genial fue colocar carteles en las garitas de colectivos con un QR que invita a los pasajeros a conversar con ella. ¿Si Freiberger cree que puede, por qué todo el mundo no sale a empapelar la ciudad con sus productos o campañas?
La concejal en vez de respetar la Ordenanza Municipal 2372, que regula la publicidad y propaganda en espacios públicos, se largó por su cuenta a incrementar la contaminación visual urbana. Parece demasiado que la primera en no cumplir las normativas que ella misma debería promover.
Y, claro, ahora los lugares públicos debieran volverse carteleras para colgar avisos, promover productos o hacer campañas personales. ¿Ustedes que tienen un taxi, un remis, que venden productos, no quieren seguir el ejemplo de la concejal y empapelar a gusto y piachere?
Bravo concejal, por transformar nuestras paradas en minibots de promoción personal y evadir los mecanismos institucionales que tienen los vecinos para expresarse y ser escuchados. Quizás, la próxima semana podamos ver su selfie en cada cartel. ¡Puede que piense que así se mejoraría el transporte público!
