h, la nieve. Esa artista caprichosa que pinta de blanco impoluto la ciudad, convirtiendo cada calle en una postal digna de un cuento de hadas… hasta que intentás salir de tu casa y recordás que, en realidad, sos un simple mortal aún con los neumáticos del verano y una pala oxidada en el baúl.
Ushuaia pasa el año suspirando por este espectáculo invernal, soñando con paisajes nórdicos y fotos para Instagram que causen la admiración de los parientes en el Norte. Pero cuando el invierno toca la puerta -con una ventisca de cortesía-, de pronto extrañamos el "calorcito" fueguino (bueno, esos 15°C que en el continente llaman "otoño"). La nieve es como ese invitado que llega con un regalo hermoso… y se queda a vivir en el sofá.
Belleza y caos, en perfecta armonía. ¿No es romántico? Bueno, pregúntenle al que acaba de resbalar frente al supermercado.