a temporada de parabrisas escarchados comenzó oficialmente en Ushuaia. Sí, ese momento mágico en que uno baja a las 7:30 AM, aún dormido, con una espátula en una mano y un insulto en la otra. El auto está ahí, cubierto con una capa de hielo que ni los vikingos podrían raspar sin perder un dedo. Martes y miércoles se vienen con frío polar, de ese que convierte al limpiaparabrisas en un mero ornamento de invierno. Así que atención conductores: preparen la tarjeta vieja del banco o la botella con agua tibia (¡no caliente, no queremos películas de acción!). Porque en Ushuaia, antes de manejar, hay que derretir al enemigo. Literalmente.