l Poder Ejecutivo presentó un proyecto de “actualización del marco normativo de la Ley Provincial 1355, adecuando su contenido a una visión sectorial, integral y productiva sobre el desarrollo sostenible de la acuicultura en la Provincia de Tierra del Fuego”, para “así transitar desde un texto restrictivo hacia una normativa que regule y promueva la actividad acuícola bajo estrictos criterios de sustentabilidad ambiental, ordenamiento territorial, vigilancia sanitaria e innovación científica y tecnológica”.
Se sostiene que “en línea con la adhesión de la Provincia a la Ley Nacional de Desarrollo Sustentable del Sector Acuícola, esta reforma brinda herramientas políticas e institucionales para ordenar, fiscalizar y fomentar la acuicultura en ambientes controlados, en equilibrio estricto con la investigación aplicada en el desarrollo regional, fomentando la diversificación de la matriz productiva, científica y tecnológica local”.
La iniciativa propone regular “el desarrollo sustentable de la acuicultura como actividad agropecuaria integral en aguas continentales y marítimas jurisdiccionales de la Provincia (…) considerando el triple abordaje, tanto ambiental, social como económico bajo la premisa principal e irrenunciable del cuidado del ambiente”.
La acuicultura, como actividad agropecuaria integral, implica la producción de organismos acuáticos en ambientes controlados, integrándola con la agricultura y la ganadería para maximizar el uso de recursos y la productividad. Refiere a la producción de peces, moluscos, crustáceos o plantas acuáticas en conjunto con otras actividades agropecuarias, como la agricultura y la ganadería, en un mismo espacio o sistema. El objetivo es crear un sistema productivo más eficiente y sostenible, donde los recursos de una actividad se utilicen en beneficio de las otras. Lo que se conoce como granjas multitróficas integradas.
Al igual que en la propuesta informal que funcionarios del Ejecutivo presentaron el 25 de junio durante una reunión de la Comisión legislativa de Recursos Naturales, en la que se analizaron 2 proyectos del Bloque La Libertad Avanza sobre acuicultura, el proyecto ingresado formalmente el pasado martes 8 prohíbe “toda actividad de cultivo y producción de salmónidos en aguas del Canal Beagle, a fin de asegurar la protección y preservación integral de este ecosistema costero singular, para el mantenimiento de su biodiversidad marina y usos actuales”, en tanto que “en los lagos y lagunas, cursos de ríos y arroyos se practicará únicamente el uso consuntivo de las aguas (la cantidad de agua que se extrae de una fuente y no se devuelve a la misma, o se devuelve en una forma o cantidad que no es utilizable) para el desarrollo de la acuicultura sustentable. Por ello, “cada proyecto productivo deberá tener en cuenta diseños de sistemas estandarizados de crianza, entre otros, el sistema de Circuito Cerrado de Recirculado de Agua (RAS), en equilibrio con los ecosistemas naturales.”
La iniciativa gubernamental propone también la creación del “Centro de Desarrollo Pesquero y Acuícola de Tierra del Fuego, para promover la investigación aplicada, la producción acuícola, poner en valor los recursos genéticos de la Provincia, y favorecer la transferencia de conocimiento y la vinculación tecnológica con instituciones afines, en pos de implementar una acuicultura sostenible en todo el territorio provincial”, como así también reglamentar “los procedimientos para la realización de una Evaluación Ambiental Estratégica (EAE), a los fines de delimitar zonas aptas para el desarrollo de la acuicultura, con el fin de evaluar potenciales impactos ambientales de manera integral y anticipada coordinando el manejo y desarrollo del agua, la tierra, y los recursos relacionados para maximizar el bienestar social y económico sin comprometer la sustentabilidad de los ecosistemas”.
Además, establece la obligatoriedad para los desarrolladores de proyectos acuícola “de presentar la Guía de Aviso de Proyecto (GAP) y Estudio de Impacto Ambiental (EslA), bajo los lineamientos mínimos estipulados en las leyes provinciales de medio ambiente, pesca, aguas”.
En el fundamento del proyecto se indica que “la acuicultura, como actividad agropecuaria e industrial, atraviesa mundialmente una etapa de expansión histórica”, ya que desde 2018 “supera a la pesca de captura como principal fuente de proteínas acuáticas destinadas al consumo humano, con una tasa de crecimiento superior al 6 %”.
Se señala que Tierra del Fuego “presenta condiciones excepcionales para posicionarse como un nuevo polo acuícola basado en el respeto y cuidado del ambiente, poniendo en valor el conocimiento, la ciencia y la tecnología al servicio del desarrollo productivo” y que el “aprovechamiento de ventajas comparativas (contra estación con el hemisferio norte, áreas aptas para maricultura y piscicultura, disponibilidad hídrica, amplitud de marea, la existencia de zonas certificadas para moluscos) brindan una base concreta para un desarrollo escalable. Además, su condición insular permite diseñar e implementar un modelo productivo, sanitario y ambiental diferenciado, capaz de alcanzar un estatus certificable nacional e internacionalmente como libre de enfermedades y de uso de antibióticos. En síntesis, es posible un esquema de desarrollo altamente especializado, con trazabilidad robusta y alto valor agregado, lo que posicionaría a Tierra del Fuego como referente en acuicultura limpia y sostenible en el país y en la región”.
Sostiene que “una estrategia de crecimiento sectorial sostenida en el agregado de valor e intensiva en conocimiento, implicaría la generación de una alta cantidad de puestos de trabajo calificados, sobre la base de un esquema de desarrollo con niveles moderados de producción, esquemas productivos - ambientalmente distribuidos - y alto grado de diferenciación, especialización y calidad” y que esas son las “características que definen la estrategia fueguina para el desarrollo acuícola sustentable”.
Semejanzas entre propuestas
Tanto la propuesta presentada el año pasado por el Bloque La Libertad Avanza como el recientemente ingresado por el Ejecutivo Provincial tienen algunos puntos en común. Uno de ellos tiene que ver con la prohibición de producir salmónidos en el Canal Beagle, y en lagos y lagunas, cursos de ríos y arroyos.
Esas limitaciones espaciales habilitarían únicamente para el desarrollo de la salmonicultura la zona marítima comprendida entre Cabo San Pío, en la costa sur de la Provincia, y costa atlántica desde la zona de Bahía Buen Suceso hasta la desembocadura oriental del Estrecho de Magallanes. Claro que ello sería factible siempre y cuando esa actividad productiva resulte compatible con el plan de manejo de la Reserva Costa Atlántica, que se extiende desde Cabo Nombre, al norte, y hasta la desembocadura del Río Evan, al sur; y el del Área Natural Protegida Península Mitre (que abarca desde Punta Moat al sur hasta la desembocadura del Río Yrigoyen sobre el atlántico y que también comprende el área marina adyacente, las áreas marinas que rodean la Isla de los Estados, Isla de Año Nuevo e Islotes Adyacentes y la totalidad de los espejos, cursos de agua, lagunas, islas e islotes interiores que se encuentren ubicados dentro de sus límites). Entre el límite norte del ANPPM y el límite sur de la RCA quedan disponibles unos 100 kilómetros de costa.
En cuanto a la potencialidad productiva de la zona costera ubicada desde Ushuaia hasta Bahía Buen Suceso, en 2018 la Provincia invirtió unos 95 mil dólares para que la agencia de negocios del gobierno noruego, Innovation Norway, realizara un estudio de cargas y posiciones para el desarrollo sustentable de la acuicultura de salmones en 8 sitios emplazados todos en la costa del canal, por ejemplo; Bahía Slogget, Bahía Aguirre, Bahía Valentín y Bahía Buen Suceso. El resultado de este trabajo nunca se hizo público.
En cuanto al potencial productivo de la costa atlántica, en 1993 se realizó un estudio para identificar y evaluar sitios aptos para el desarrollo de la acuicultura sobre la zona costera. Las principales conclusiones arrojaron que las bajas temperaturas de las aguas marinas costeras, sobre todo en invierno, la gran amplitud de mareas en la región y la alta intensidad y persistencia de los vientos de dirección oeste tornaban poco recomendable el cultivo de peces por métodos convencionales.