ustavo Lovrich, Doctor en Ciencias Biológicas e Investigador principal del CADIC (Centro Austral de Investigaciones Científicas) explicó la labor encarada por un grupo de científicos argentinos en Mar del Plata, a bordo del buque oceanográfico Falkor Too.
Contó que el grupo de trabajo a bordo del buque hizo tres campañas, desde el 2011 al 2015, en el cañón de Mar del Plata. “Sus integrantes son pioneros, en Argentina, en ir al mar profundo, por debajo de los 200 metros de profundidad, un lugar donde no llega la luz, un lugar oscuro que tiene sus particularidades”, indicó.
Este buque, el Falkor Too del Smith Ocean Institute, de Estados Unidos, ofrece sus servicios sin cargo, en diferentes lugares del mundo. Este año le tocaba al Atlántico Sur Occidental. El buque estuvo en Chile el año pasado; en el verano, en la Antártida y ahora en el cañón Mar del Plata.
Después de esta campaña habrá una campaña liderada por biólogos uruguayos, por fuera de la costa de Uruguay y después el buque volverá a la Argentina donde realizará un par de campañas más, una más geológica y otra ligada a cuestiones más biológicas asociadas con ambientes particulares.
Lovrich explicó que las profundidades marinas son exploradas a través de un submarino robótico, del tamaño de un auto, con un cable umbilical que está conectado al buque, y que este robot puede descender hasta 5 mil metros de profundidad, soportando 500 atmósferas de presión. El robot tiene dos brazos y requiere que una persona maneje el brazo derecho y otra el izquierdo.
A bordo del Falkor Too hay 24 científicos de los cuales 21 son argentinos y hay uno de Ushuaia.
Con respecto a las transmisiones que se realizan por streaming, el entrevistado indicó que los científicos se turnan, un grupo durante el día y otro durante la noche, y cuentan lo que se ve y también responden a las preguntas de la audiencia.
Lovrich dijo que al final de la campaña van a llegar a casi 4 mil metros de profundidad y consideró que eso, desde el punto de vista técnico, biológico y científico también, es una novedad. “Es novedoso tener imágenes del mar profundo en Argentina a tal punto que se conoce solo el 0,01 por ciento de la superficie del mar profundo y esto lo que hace es aportar al conocimiento de la biodiversidad del mar profundo”, subrayó.
“Los atractivos son múltiples, desde la gente que hincha por el CONICET, hasta la gente que se maravilla porque aparece un calamar, una estrella o bichos que jamás vieron en su vida. Ni siquiera saben si son bichos o no y preguntan si son algas”, opinó en cuanto al boom de audiencia que tienen las transmisiones debido a la curiosidad que generan en las personas.
Características estables y fauna similar
Una de las imágenes captadas por las cámaras del robot sumergible es la de una centolla, crustáceo de gran tamaño cuya presencia es común también en los mares fueguinos.
“Hay centollas en casi todo el mundo. Se originaron en el Pacifico Norte hace unos 10 millones de años y después de ahí irradiaron a todos los mares, fueron migrando a todos los mares y, a medida que iban encontrando condiciones ambientales diferentes, iban evolucionando de acuerdo a esas condiciones y se dan las diferentes especies de centolla”, explicó en primer lugar el Doctor en Biología del Centro Austral de Investigaciones Científicas.
Puntualizó que en Mar del Plata hay centollas porque el agua, que está a 2 mil metros de profundidad, es fría, es de 3 grados. “Esa agua tiene contacto con la atmósfera en el Atlántico Norte, se enfría, se hunde y ocupa todo el Océano Atlántico desde Groenlandia hasta la Antártida. Entonces es posible que haya fauna común en toda esa profundidad”, refirió.
Según precisó, las especies de centolla que aparecen son especies de profundidad. “Una especie parecida apareció en aguas de la Antártida en la última campaña del Falkor y es del mismo género, serán primas cercanas con esta otra que se halló en Mar del Plata”, recordó. En este sentido, consideró que “es muy posible que por el mar profundo haya una conexión de fauna, la fauna sea muy parecida, la que hay al sur de Tierra del Fuego, al sur de las Malvinas o a lo largo del talud continental argentino y hacia el norte”.
El mar profundo “es un ambiente de condiciones ambientales muy parejas, muy estables, porque esa temperatura no cambia con las estaciones del año, porque es una masa de agua que está permanentemente hundida y al no tener intercambio con la atmósfera se mantiene la temperatura, la salinidad, la concentración de oxígeno, etcétera”, agregó.
Sobre las imágenes y las muestras obtenidas
Lovrich contó que esta campaña fue organizada por trabajadores del Museo de Ciencias Naturales y es un grupo, conformado por científicos de distintos puntos del país, que trabaja en el mar profundo.
El Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas no solo respalda esta campaña sino que hay un convenio institucional entre éste y el instituto americano donde se indica qué es lo que se hace con las imágenes y cuál es el destino no solamente de las imágenes sino de las muestras.
“Todas las muestras van a quedar en Argentina y se van a analizar en la Argentina como se hace con las muestras biológicas para biodiversidad y que también están accesibles a otros investigadores cuando lleguen al museo correspondiente y el CONICET nos asegura mantener la propiedad de los recursos genéticos que haya detrás de este material que se recoge en la campaña”, cerró.