l buen tiempo fue, para muchos, el verdadero protagonista¨ explicó la secretaria de Cultura del Municipio de Ushuaia, Belen Molina, ante la consulta sobre la evaluación general del desfile del pasado domingo. “Fue un día maravilloso, que nos permitió vivir la celebración con alegría y compartirla en familia”, expresó Belén Molina, secretaria de Cultura y Educación de la Municipalidad de Ushuaia. El pronóstico anunciaba lluvia, pero el cielo despejado acompañó un desfile que se extendió por más de cuatro horas a lo largo de la avenida Maipú. Durante la jornada, vecinos y vecinas se acercaron a presenciar el paso de escuelas, clubes deportivos, asociaciones civiles, fuerzas de seguridad y agrupaciones históricas. El aplauso fue una constante, especialmente para los veteranos de Malvinas, la Escuela Provincial Nº 38 de la Antártida y las organizaciones de personas con discapacidad, cuyo paso generó emoción en el público.
La secretaria recordó que se trata de “una de las tradiciones más arraigadas de la ciudad”. “Para los ushuaienses, el desfile es parte de nuestra identidad. Participamos desde el jardín de infantes hasta la adultez, y eso genera pertenencia”, sostuvo. Molina evocó su propia experiencia de niña: “Mis primeros recuerdos son desfilando con el Jardín Maternal Los Ositos Revoltosos, que estaba donde hoy funciona el CAV. Desde entonces, cada año tiene algo especial”.
Las celebraciones incluyeron también la Cena de Antiguos Pobladores, un homenaje a quienes forjaron los primeros años de Ushuaia. “Fue un encuentro muy emotivo. Muchos esperaban ese momento desde hace tiempo. La memoria colectiva se construye en estos espacios”, valoró la funcionaria. En la cena se reconoció a cuatro vecinos destacados y se renovó la invitación a empadronarse como antiguos pobladores en la Casa Beban, donde el registro permanece abierto todo el año.
El espíritu festivo se prolongó en la Plaza Malvinas, donde más de 90 puestos gastronómicos y 40 emprendimientos ofrecieron productos locales. El cierre estuvo a cargo de la tradicional paella gigante, servida en 15 mil porciones. “Fue una jornada de convivencia, con familias disfrutando, instituciones participando y un clima de respeto que marcó la diferencia”, destacó Molina.
También hubo espacio para el arte. En la Casa de la Cultura Enriqueta Gastelumendi se presentó la obra “La espuma del mar en la isla del silencio”, coproducida con el Teatro Nacional Cervantes, un proyecto que la secretaria definió como “un orgullo para Ushuaia y un ejemplo de que la cultura también es trabajo”.
Remarcó el esfuerzo conjunto de las áreas municipales que participaron en la organización. “Son muchísimos los equipos involucrados: Cultura, Medio Ambiente, Protocolo, Ceremonial, Atención al Vecino, y tantos otros que trabajan semanas antes y después del evento. Que la ciudad quede limpia y ordenada después de un desfile con más de 20 mil personas no es magia: es trabajo”, enfatizó.
El desfile, símbolo de la identidad ushuaiense, volvió a unir a generaciones enteras en torno a una misma celebración. “Cada año, el 12 de Octubre reafirma lo que somos como comunidad: una ciudad que crece, que se reconoce en su historia y que la celebra con orgullo”, concluyó Belén Molina.