a historia de Anita conmovió a la comunidad fueguina y generó una ola de apoyo en redes sociales. Mientras la familia espera la autorización médica, cientos de vecinos, comercios y organizaciones impulsan acciones para que la niña pueda acceder al tratamiento que necesita.
Mansilla recordó que los primeros síntomas aparecieron durante la pandemia, cuando su hija comenzó a sufrir deformaciones y dolores en las manos. Tras numerosos estudios, especialistas confirmaron que padece una enfermedad ósea poco frecuente que provoca el crecimiento de tumores benignos. “Nos explicaron que hay un 20 por ciento de riesgo de que se vuelvan malignos, por eso deben extirparse”, relató.
El cuadro clínico se agravó con el tiempo. La niña presenta además baja talla, hipoacusia, asma y dificultades en el habla, lo que exige un seguimiento médico integral. Los últimos estudios revelaron deformaciones en las caderas, rodillas y tobillos, por lo que deberá recibir placas y tornillos para corregir el crecimiento óseo.
La madre señaló que la pediatra solicitó la derivación a un hospital de alta complejidad, pero que la obra social aún no la autorizó. “Presenté los papeles hace casi un mes y sigo esperando la firma del auditor. Todos los días voy a la obra social y me dicen lo mismo: todavía no hay novedades”, contó.
Mientras tanto, la familia enfrenta la situación con recursos limitados. “Ella todas las noches se despierta llorando porque le duelen las piernas y los pies. Los médicos ya no saben qué más hacer”, lamentó. Según explicó, la cobertura de OSEF sólo contempla pasajes y atención médica, pero no alojamiento ni otros gastos.
Para poder afrontar esos costos, la familia abrió una cuenta a nombre de Valeria Mansilla, con el alias anitaaa.cm, donde se reciben donaciones. “Cada aporte, por mínimo que sea, nos acerca a la posibilidad de que Anita tenga su tratamiento”, expresó.
La madre destacó la respuesta social y agradeció el acompañamiento recibido. “Nunca imaginé tanto apoyo. Recibimos mensajes de todas partes, palabras de aliento y donaciones. Lloré de emoción, no tengo más que agradecimiento para cada persona”, afirmó.
Mansilla mencionó además que mantiene contacto con funcionarios provinciales que colaboran en las gestiones. “Desde el Gobierno me están dando una gran mano, pero todo depende de la autorización de OSEF”, señaló.
El centro médico de alta complejidad es el Hospital Británico, luego de que la madre rechazara una primera propuesta del Sanatorio Güemes, al considerar que no cuenta con la complejidad necesaria. “Aún sigo esperando la confirmación, pero tengo fe en que vamos a lograrlo”, concluyó.