La víctima de trata de personas querellante contra sus captores

Alika Kinán confirmó que ya no tiene custodia personal en el domicilio y que teme por su seguridad

Dijo que hasta el sábado tenía dos custodios, pero que se fueron porque dependían del Programa de Rescate y Acompañamiento a las Víctimas de este tipo de delito. Ahora un móvil de Gendarmería pasa por su casa dos veces por día, y cada tanto la llaman por teléfono. Kinán sostuvo que “no entiende” el cambio de modalidad en su seguridad en medio del juicio contra los presuntos tratantes, que siguen libres. “Me ofrecieron custodia de la Policía y dije que no. Cómo voy a aceptarla si el propio acusado dijo que recibía información de parte de un comisario”, se justificó la mujer.
16/11/2016
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lika Kinán, la víctima del delito de trata de personas que es querellante contra sus captores en la ciudad de Ushuaia, le confirmó ayer a EDFM que ya no tiene custodia personal en su domicilio a pesar de las amenazas que sufrió y denunció en los días previos al inicio del juicio oral y público donde se ventila el caso.
“Había dos custodios en mi casa hasta el sábado, que vinieron con personal del Programa de Rescate y Acompañamiento a las Víctimas del Delito de Trata de Personas, dependiente del Ministerio de Justicia de la Nación. Pero cuando ellos se fueron, también lo hizo la custodia”, confirmó Kinán.
La mujer aclaró que el Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Tierra del Fuego mantiene una patrulla de Gendarmería Nacional que realiza dos recorridas diarias por la zona y que llama por teléfono para saber si hay alguna situación de peligro, pero que no está todo el tiempo en el lugar.
“Por ahora está todo muy tranquilo pero yo sigo asustada. Acabo de declarar durante casi cinco horas en un juicio sobre los responsables de los dos prostíbulos más importantes de la ciudad. Todos están libres y yo encerrada en mi casa sin poder salir”, sostuvo Alika, convertida ahora en una conocida activista de los derechos de género.
La mujer declaró como testigo el lunes 7 de noviembre, en la primera jornada del juicio donde también es querellante contra Pedro Montoya, el dueño del local nocturno Sheik, su pareja Claudia García y Lucy Alberca Campos, quien se desempeñaba como encargada del negocio.
En ese prostíbulo se realizó el operativo que concluyó con el rescate de 7 mujeres, incluida Alika, el 9 de octubre de 2012.
“Me ofrecieron una custodia de la policía de la provincia y les dije que no. Cómo voy a aceptarla si en el juicio, el propio acusado dijo que recibía información de parte de un comisario”, se justificó Kinán.
Sobre la declaración que prestó en el juicio, que se realizó a puertas cerradas y sin la presencia de los imputados, Alika admitió que fue “muy dura” pero que “pudo sobrellevarla gracias a la contención previa y posterior de los profesionales de la Oficina de Rescate, a quienes agradezco todo su trabajo”.
Sin embargo, la mujer dijo “no entender” por qué le retiraban la custodia cuando el juicio todavía no terminó, ya que luego de la etapa de alegatos de las partes, finalizada el sábado, el tribunal pasó a un cuarto intermedio hasta el martes 29 de noviembre.
“Todavía estoy temblando. Sé que los acusados están sueltos. Ellos  y varios de sus parientes. Me asusta estar en estas condiciones”, señaló.
De todos modos, Kinán adelantó que el jueves llegarán a la capital fueguina integrantes del programa de protección de testigos, para abordar distintas estrategias de contención y cuidado de las dos víctimas (ella y otra mujer) que declararon durante el proceso.

Aclaración oficial

A su vez, la coordinadora del Programa de Rescate y Acompañamiento a las Víctimas del Delito de Trata de Personas, Zaida Gatti, le dijo a este medio que Alika “sigue custodiada” por Gendarmería Nacional y bajo la modalidad que impuso el Tribunal Oral a cargo del juicio.
“El Programa de Rescate continúa trabajando en el caso, pero no dispone custodias, salvo en el momento en que las víctimas están bajo resguardo del Programa”, aclaró la funcionaria nacional.
Gatti también declaró a Radio Nacional que la indicación para Alika fue “nutrirse lo más posible de los afectos de su núcleo familiar, apartándose de la exposición pública e inclusive de las redes sociales, para que no la lastimen más”.
“Si bien ella se muestra fuerte, este es un proceso que quiebra. Y ninguna de las víctimas está bien. Hay que esperar con tranquilidad el momento de la condena, que suele ser reparador para ellas, porque ahí empiezan su verdadera recuperación”, indicó la especialista.
Por su parte fuentes de la Justicia Federal informaron ayer que se había cursado un escrito al tribunal requiriendo la disposición de custodia personal en el domicilio de Kinán, hasta que regresen a la ciudad los profesionales del Programa de Rescate y Acompañamiento.

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