n escándalo se desató en el aeropuerto alemán de Stuttgart cuando Jeremy Clarkson, conductor del polémico programa británico Top Gear, denunció que perdió un vuelo por culpa de un supuesto empleado argentino que lo insultó. “Soy argentino, así que fuck you”, habría dicho esa persona según el relato de Clarkson.
La versión del aeropuerto es muy distinta. En un comunicado el Flughafen Stuttgart aseguró que el británico ignoró reiterados llamados para abordar su vuelo con destino a Londres. Y el empleado que le negó el acceso a la aeronave resultó ser español, y desmintió haberlo insultado.
“El señor Clarkson y su equipo perdieron reiteradas llamadas en el vestíbulo mientras el resto de los pasajeros ya habían abordado”, afirmó la compañía de servicios terrestres de Stuttgart, en un comunicado reproducido por el diario británico Independent.
“Por política de la aerolínea después de cierto tiempo de ausencia el equipaje se baja del avión y las personas que faltan son retirados de la lista de pasajeros. Desde este punto, no hay chance de abordar, incluso si los pasajeros aparecen”, aexolicó el escrito.
Además, el texto mencionó que el comportamiento personal del empleado mencionado en el artículo “no conforma nuestra visión de atención al cliente” y prometió investigar el caso en particular, y aclaró que “sabemos de antemano que el empleado mencionado es español, no argentino”.
Clarkson había denunciado que Manuel Pereira, el trabajador en cuestión, les comentó a otros empleados del aeropuerto que él y sus compañeros estaban ebrios, algo que el conductor desmintió. “Tuvimos que tomar un vuelo de easyJet a Gatwick, pero de todos modos el de British Airways estaba demorado”, contó, y agregó: “así que llegamos más temprano. Inglaterra 1, Argentina 0. Otra vez”.
La mala relación de Clarkson con Argentina se remonta a 2014. Ese año él y su equipo de la BBC llegaron para realizar el programa Top Gear, aunque alardeando con un auto con patente “H982 FKL”, que recordaba el año y siglas en inglés del lugar de la guerra. Luego intentó explicar que se trataba de una “mera coincidencia” y que no tenía intención de provocar.
Cabe mencionar que en 2015 la BBC no le renovó su contrato por un ataque físico y verbal a uno de sus compañeros de trabajo.