El Irízar zarpó nuevamente hacia la Antártida
Segunda etapa de la campaña antártica de verano

El Irízar zarpó nuevamente hacia la Antártida

La emblemática embarcación de la Armada inició el sábado a la madrugada la última parte del operativo para reabastecer a las bases argentinas en el Continente Blanco. Autoridades navales confirmaron que tras otros 45 días de travesía, el buque retornará a Ushuaia para participar de los actos por un nuevo aniversario de la guerra de Malvinas. Luego volverá a Buenos Aires a mediados de abril.
19/02/2018
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l rompehielos “Almirante Irízar” zarpó de Ushuaia el sábado a la madrugada con rumbo hacia la Antártida Argentina, para cumplir con la segunda etapa de la campaña de verano (CAV), y autoridades de la Armada Argentina confirmaron que la emblemática embarcación retornará a la ciudad para participar de la vigilia del 1 de abril y del acto central del 2 de abril donde se recordará un nuevo aniversario de la guerra de Malvinas.
Funcionarios navales y de la Cancillería brindaron el viernes una conferencia de prensa a bordo del buque, donde se refirieron al resultado de la primera parte de la CAV, y dieron detalles del comportamiento del barco durante el periplo antártico luego de su regreso al servicio activo tras 10 años de ausencia, por el incendio sufrido en 2007.
Así, contaron que el Irízar atravesó, por ejemplo, un campo de hielo de 460 kilómetros de longitud, con espesores máximos de 6 metros, para llegar a la base antártica “Belgrano II”, la más austral del país. “Se puede decir que el buque fue exigido al máximo que permite su capacidad constructiva y respondió satisfactoriamente”, aseguró el capitán de navío Maximiliano Mangiaterra, comandante del barco.
Por su parte el jefe del proyecto “Reparación y Modernización del Rompehielos Almirante Irízar”, el capitán de navío Víctor Ortiz, coincidió en que desde el punto de vista técnico “el buque se comportó muy bien, incluso mejor de lo esperado. Cumplió todas las expectativas”, señaló.
El reabastecimiento y el cambio de dotación de la base “Belgrano II”, situada a los 78 grados de latitud, era uno de los principales desafíos para la nave de casco anaranjado.
“Fue un hito muy importante. Antes de zarpar había muchos medios que no tenían fe en que este barco iba a llegar”, sostuvo el comandante conjunto antártico, el comodoro de marina Pablo Fal.
“Los argentinos tenemos que sentirnos orgullosos de esta campaña. No se imaginan la alegría de la dotación de la base cuando vieron acercarse al buque rompiendo hielos hasta 11 millas de su posición, después de 14 meses de estar invernando”, detalló Fal.
El comandante antártico recordó que la CAV comenzó el 15 de diciembre cuando zarparon de Buenos Aires el transporte “Canal Beagle” y el aviso “Estrecho San Carlos”, en tanto que el Irízar zarpó el 26 de diciembre.
La primera etapa de la campaña sirvió para reabastecer el 60% de las bases, mientras que en la segunda, que comenzará mañana, se completará el resto en un recorrido que abarcará la zona oeste de la península antártica.
Mangiaterra precisó que la segunda parte de la CAV también tendrá 45 días de duración, por lo que estiman el regreso a Ushuaia el 1 de abril, y el retorno a Buenos Aires a mediados del mismo mes.
“Ahora iremos otra vez a Marambio, a otras bases temporarias y a la base San Martín, que también plantea otro gran desafío. Nos quedan otras 7 u 8 mil millas de navegación”, señaló el comandante del Irízar.
Las autoridades informaron que un total de 211 personas permanecen actualmente en las bases antárticas, mientras que cerca de 1000 participan del operativo de reabastecimiento.
El rompehielos que posee una dotación estable de 190 tripulantes y una capacidad de transporte de hasta 300 personas, zarpará de Ushuaia en la madrugada del sábado con 273 individuos a bordo, entre militares y científicos, además de toneladas de carga que incluyen desde combustible, hasta alimentos, material de reparación y remedios.
Una de las autoridades nacionales que embarcó en la capital fueguina es el director nacional de Política Exterior Antártica, dependiente de la Cancillería Argentina, Máximo Gowland, quien visitará las bases para supervisar el cumplimiento del Tratado Antártico y participará del acto oficial por un nuevo aniversario de la presencia argentina en el Continente Blanco, el próximo 22 de febrero.
“Nuestro trabajo es observar el cumplimiento de los protocolos sobre medio ambiente y acerca de la preservación de los recursos vivos marino antárticos”, indicó Gowland.

Mar de aventuras

El rompehielos Almirante Irízar finalizó el año pasado un proceso de reparación y modernización que le incorporó a su estructura tecnología de última generación, duplicó su capacidad de transporte de Gas Oil Antártico e incrementó en un 600 por ciento la cantidad de espacio dedicado específicamente a la investigación científica.
El barco de 12 cubiertas funciona internamente como una mini ciudad que cuenta con servicios a bordo como consultorios médicos y sala de internación, lavandería, biblioteca, comedores, sastrería, peluquería, panadería, alojamientos y cámara frigorífica, a lo que se suman las centrales de comunicaciones y meteorología, varias bodegas, 415 metros cuadrados de laboratorios científicos y una cubierta de vuelo y un hangar con capacidad para dos helicópteros Sea King de la Segunda Escuadrilla Aeronaval de Helicópteros.
Desde que partió de Ushuaia el pasado 2 de enero, el rompehielos fondeó frente a la costa de Isla Dundee donde se encuentra ubicada la base conjunta Petrel.
Allí procedió al desembarco de cinco integrantes de la Armada Argentina, cinco del Ejército y tres de la Fuerza Aérea Argentina, más un grupo de militares que conforman el Grupo Reparaciones.
El próximo destino fue la Base Esperanza, una de las seis permanentes de Argentina, hacia donde se trasladó a 16 efectivos del Ejército Argentino que realizarán la invernada 2017/18. A ellos se suman, durante este verano, seis científicos en tránsito de la Dirección Nacional del Antártico (DNA) que llevan a cabo investigaciones científicas geológicas y biológicas.
La campaña continuó en la Base Marambio donde se realizó el reabastecimiento mediante vuelos de helicóptero y luego la base Orcadas, donde trabajaron dos lanchas.
El gran desafío de la primera etapa de la CAV fue el arribo a “Belgrano II”, la base más cercana al Polo Sur, antes de su regreso a la capital fueguina de donde volvió a partir luego de unos días en los que el rompehielos volvió a ser cargado de combustible y materiales para su última aventura del verano.

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