l abogado de Francisco Amador sostuvo que la Justicia “hizo jugar la duda en perjuicio de su cliente” cuando dictó su procesamiento, días atrás, por el homicidio de Marianela Rago Zapata, la joven estudiante de Río Grande asesinada en 2010 en su departamento del barrio de Balvanera, en la ciudad de Buenos Aires.
Luis Felipe Ricca declaró que contra el ex novio de la víctima, un joven que ahora tiene 31 años y que ya había sido sobreseído en cinco oportunidades, “solo existen indicios”, por lo que confió en demostrar su inocencia.
“En Derecho rige el principio de que la duda siempre beneficia al imputado. Acá fue al revés, la Cámara (del Crimen de Buenos Aires) decidió que ante la duda, debía irse a un juicio y en el debate oral y público, llegar a un veredicto definitivo”, analizó Ricca en declaraciones a Radio Fueguina.
El letrado mencionó que los camaristas valoraron como indicio unas lesiones cortantes que Amador tenía en el cuerpo, y que según una pericia de Gendarmería Nacional se podían corresponder con la defensa ejercida por Marianela al ser atacada.
“Ya se explicó que al enterarse de la muerte, Francisco tuvo una crisis, se golpeó, se lastimó, tuvo que ser trasladado en ambulancia y estuvo internado. También se hace referencia a las peleas con la joven porque él era celoso, lo que no significa que la haya matado. Son todos indicios. Ninguna prueba directa”, sostuvo el abogado.
En esa línea replicó que, por el contrario, existen elementos probatorios que lo excluyen de la escena del crimen.
“En el cuarto de la chica se encontró una colilla de cigarrillo que tiene ADN de la víctima y de un hombre, pero no es el de Amador. En el living se encontró una botella de cerveza y dos vasos, con huellas dactilares de la víctima y de otra persona, que no es Amador. Y todo eso va a volver a ser valorado en un hipotético juicio”, indicó Ricca.
El defensor admitió que todavía no tiene decidido si presentará un recurso extraordinario de casación para intentar revertir el fallo de la Cámara, o si consentirá la realización del juicio.
Tras el procesamiento, el expediente retornó al juzgado en lo Criminal y Correccional 15, a cargo de la jueza Karina Zucconi, quien resolvió que Amador seguirá libre, sin prisión preventiva.
La jueza le impuso medidas de conducta, como la prohibición de salida de país y la obligación de presentarse una vez por mes en el juzgado, además de trabarle un embargo por un millón de pesos.
El fallo de los jueces Julio Marcelo Lucini, Mariano González Palazzo y Magdalena Laíño sostuvo que las pruebas producidas, valoradas de manera global, refuerzan la “probabilidad positiva que motivó la sospecha inicial del imputado como autor del evento".
"Los datos positivos verificados exceden de manera objetiva a los desincriminantes", afirmaron los camaristas en la sentencia.
En los fundamentos, destacaron que "se ha acreditado que el indagado ejercía hacia la víctima violencia física y verbal de manera reiterada”.
A la hora de evaluar un posible móvil, indicaron que el propio Amador reconoció que tres días antes de ser hallada asesinada, Marianela "le contó que salía con otra persona".
Los jueces mencionaron como indicios clave el hallazgo en un hombro, en los brazos y en algunos dedos de las manos de Amador, de una serie de "equimosis" (moretones) y "excoriaciones".
"Su data es coincidente con la del evento", dice el fallo y citan la conclusión que dio sobre ellas una Junta Médica realizada en 2017 para reevaluar el caso: "Es altamente probable que las lesiones halladas en la oportunidad de ser examinado el imputado sean producidas por la víctima Marianela Soledad Rago Zapata en un intento de defensa".
También destacaron que en la casa de Amador se secuestraron "una remera y un pantalón de cordero húmedos, con restos de sangre” y que se le secuestraron dos cuchillos que, pese a que los estudios genéticos no arrojaron resultados, según los peritos, podrían ser compatibles con el arma homicida.
Para Ricca, nada de ello es concluyente como para adjudicarle a su defendido el homicidio, que tiene penas de 8 a 25 años.
“Confío en que si llegamos a un juicio, Francisco será absuelto. Al juicio oral no le tengo miedo”, aseguró el letrado.