uién no recuerda aquella vez que los Reyes Magos nos trajeron nuestra primera bicicleta. Los años pasaron, nos compramos nuestro primer auto, luego el segundo, luego el tercero… y la bici quedó relegada sólo para los paseos de domingo.
Hoy, tras 14 aumentos del combustible, parece que la bici vuelve a ser una buena opción de movilidad tracción a sangre y que, además de ayudar a la buna salud, nos hará ahorrar esos impagables tanques de combustible.
Hay que mirar el lado positivo: el aumento de las naftas dejará a mucha gente a pata, pero le dará laburo al bicicletero del barrio que deberá poner en condiciones aquella olvidada máquina de dos ruedas.