ada vez resulta más habitual ver en la esquinas semaforizadas de Ushuaia a jóvenes que intentan ganarse el mango entreteniendo con su malabares a los automovilistas.
Pero como la cantidad atenta contra la novedad, algunos ofrecen pruebas que resulten cada vez más llamativas. Ahora, andar colgándose de un escalera apenas apoyada en los cable de luz parece, por demás, arriesgado.