uján Tito, madre de un niño con autismo y referente de la agrupación “Hablemos de Autismo", aseguró que Tierra del Fuego muestra avances significativos en materia de inclusión. “Cuando recibí el diagnóstico de mi hijo la realidad era distinta. Hoy contamos con más espacios amigables y una comunidad más consciente, aunque todavía falta mucho”, señaló.
Uno de los cambios más visibles ha sido la aplicación de horarios silenciosos en supermercados, farmacias y centros comerciales. Se reducen luces y volumen de la música ambiental para generar entornos accesibles a personas con hipersensibilidad sensorial. “En Diarco pasamos de un parlante con música fuerte a un ambiente tranquilo, con empleados predispuestos. Lo mismo sucede en farmacias y en el Paseo del Fuego, donde habilitaron funciones distendidas con luces bajas y sonido reducido”, explicó Tito.
Otra medida próxima a concretarse es la apertura de salas sensoriales en los aeropuertos de Ushuaia, Trelew y El Calafate, impulsada junto a la empresa London Supply. Se trata de espacios preparados para brindar calma antes del embarque. Destaca que “será un recurso fundamental para quienes enfrentan crisis previas a un vuelo, algo que las familias vivimos con mucha frecuencia”.
Además, comentó sobre el reciente proyecto del collar de girasoles, una señal voluntaria identifica a personas con discapacidades invisibles, como autismo, TDA o Alzheimer, y permite un trato más empático en comercios y servicios. “No es un estigma, sino una manera de que la sociedad entienda que hay condiciones que no se ven, pero necesitan consideración”, aclaró.
La agrupación también desarrolló capacitaciones gratuitas destinadas a bomberos, Policía, Defensa Civil, Gendarmería y personal de salud. Los talleres ofrecieron herramientas para actuar en emergencias y mejorar la atención en ámbitos sanitarios. En paralelo, se dictaron instancias de formación para docentes con estrategias de acompañamiento en las aulas.
De cara al 141° aniversario de Ushuaia, Tito pidió un gesto colectivo de respeto. “Nuestros hijos son hipersensibles al ruido. Por eso solicitamos que se utilice el aplauso silencioso, con las manos en alto, en lugar de gritos y aplausos fuertes. También pedimos que se acorten los tiempos de espera, porque no todos los chicos pueden tolerarlos”, afirmó. Además, agradeció el apoyo de instituciones y medios que visibilizan la temática. Enfatizó que “cada espacio que nos dan contribuye a mejorar la calidad de vida de nuestros hijos. La inclusión se construye entre todos, con empatía y solidaridad”, concluyó.