n la quinta jornada de su travesía solidaria, Federico Sciurano logró superar uno de los puntos más difíciles de su carrera: el cruce de la Cordillera de los Andes a través del Paso Garibaldi. El exintendente de Ushuaia, que participa de la cuarta edición de “Una Causa que nos Une”, completó más de 200 kilómetros desde que partió de Río Grande el domingo, impulsado por un objetivo solidario: colaborar con la construcción del edificio propio del Centro de Actividades Alternativas para Discapacitados (CAAD).
El tramo de este jueves lo llevó desde Villa Marina hasta más allá de Rancho Hambre, con un recorrido de 26 kilómetros bajo condiciones climáticas adversas. “El sueño es poder llegar, y sobre todo que el CAAD tenga lo que merece: un edificio adecuado para lo que hacen. Esa motivación me da energía cuando el cuerpo pide parar”, expresó Sciurano, visiblemente emocionado.
A sus 58 años y conviviendo con una diabetes compleja, Sciurano continúa demostrando que la fuerza de voluntad puede sobreponerse al límite físico. Planea descansar en el Cerro Castor antes de continuar hacia la Virgencita y llegar el sábado al edificio del CAAD, donde culminará su carrera.
“Voy a administrar el viernes tranquilo, sin sufrir más de lo necesario. Ya haber llegado hasta acá es una bendición”, afirmó.
En el trayecto, se vivieron momentos de profunda emoción. Uno de ellos ocurrió cuando los alumnos y docentes de la Escuela Provincial N°6 “Provincia de Entre Ríos”, ubicada sobre la Ruta 3, salieron a la puerta para saludarlo y alentarlo en su paso. “Nos conmovió verlo correr a pesar del dolor, con un enorme esfuerzo pero con una convicción intacta. Pasar el Garibaldi fue un símbolo de fuerza y compromiso”, expresó su equipo de apoyo.
Sciurano relató que en los momentos más duros se aferra a lo esencial: “No pienso en llegar, pienso en el kilómetro que tengo adelante. Y cuando llega la noche y el cansancio, miro las fotos de mi familia que llevo en el tráiler. Mis hijos me hicieron una bandera que dice ‘Siempre se puede un poco más’, y eso me sostiene”, explicó visiblemente emocionado. Federico Sciurano está corriendo acompañado de sus amigos y colaboradores cercanos desde que partió desde Río Grande, sumado a que dos de sus hijos son parte del equipo de apoyo de la ultramaratón. La sorpresa de las últimas horas fue la llegada de otra de sus hijas al campamento sin que Federico esté al tanto de la inesperada llegada familiar. ¨Correr acompañado por mis hijos es algo extraordinario y que me llena de emoción. Mi familia fue y es un soporte irremplazable, y valoro enormemente el apoyo y ayuda de mi esposa Mariana en todo momento, y lo que me banca mi hermano Martín. Sin ellos, esto sería imposible. Son mi principal recurso cuando siento que tocó el límite del agotamiento físico y emocional¨, contó profundamente conmovido.
Mientras se prepara para encarar los últimos tramos rumbo a Ushuaia, Sciurano asegura que el verdadero logro ya está conseguido: movilizar a toda una comunidad detrás de una causa solidaria. “Llegar al CAAD será una anécdota; lo importante es que el mensaje llegó, y que la provincia se unió en torno a una meta noble”, concluyó.