l subsecretario de Pesca y Acuicultura de Tierra del Fuego, Diego Marzioni, aclaró que la ley aprobada recientemente por la Legislatura provincial prohíbe de forma expresa cualquier tipo de acuicultura de peces en el canal Beagle y, además, impide su desarrollo en ríos, lagos y lagunas.
Marzioni destacó que la norma no autoriza zonas de sacrificio ni habilita actividades sin control. “La costa atlántica es un área natural protegida, con su propio plan de manejo, y todo lo que se quiera desarrollar allí deberá pasar por filtros”, remarcó. Además, subrayó que la ley exige una evaluación ambiental estratégica “Tiene un componente social muy importante, porque la comunidad debe expresarse sobre si quiere o no un desarrollo de este tipo”, explicó.
Sobre posibles zonas de desarrollo, Marzioni mencionó que la zona norte de la provincia tiene un gran potencial para la mitilicultura. Como lo es el proyecto piloto que se desarrolla en Puerto Almanza, donde se han invertido entre cuatro y cinco millones de dólares en investigación, infraestructura y equipamiento. “Estamos relevando silenciosamente la costa atlántica, haciendo análisis de agua para conocer los nutrientes. Todo eso debe pasar luego por una evaluación ambiental estratégica”, detalló.
El funcionario también hizo referencia al futuro muelle flotante en Puerto Almanza, que será financiado por inversión privada pero tendrá uso público para actividades pesqueras y acuícolas. Además, se proyectan instalaciones para reparación de embarcaciones, banquina seca y áreas específicas para el turismo. “Estamos diseñando una convivencia entre actividades productivas y turísticas en la zona”, explicó.
Remarcó que la provincia busca convertirse en un referente de acuicultura sostenible en el Cono Sur, con énfasis en el desarrollo de conocimiento. “No hablamos de cantidades ni de producir cientos de miles de toneladas. Hablamos de producir conocimiento y exportarlo”, sostuvo. En ese sentido, mencionó que ya se concretó el primer envío de ovas embrionadas adaptadas genéticamente desde la estación de piscicultura de Río Libia hacia Santa Cruz.
Destacó la inversión pública en infraestructura técnica, como el laboratorio del Centro de Desarrollo Pesquero y Acuícola, reconocido por Senasa y equipado para el control sanitario de la producción local. “Invertimos cerca de un millón y medio de dólares en equipamiento de primer nivel para no depender de otras zonas”, señaló.
Finalmente, subrayó que cualquier desarrollo debe contemplar un equilibrio ambiental, social y económico. “No puede haber desarrollo si no se consideran los tres vértices del triángulo: lo ambiental, lo social y lo económico. Y todo eso debe estar dentro del círculo del consenso”, afirmó. También destacó que emprendimientos como el de NewSan en la zona norte ya llevan más de cinco millones de dólares invertidos y podrían replicarse, generando trabajo directo e indirecto.