Battaini: “El servicio de justicia es eso: un servicio público”
Balance 2025 y agenda 2026 del Superior Tribunal

Battaini: “El servicio de justicia es eso: un servicio público”

La presidenta del Superior Tribunal de Justicia, María del Carmen Battaini, confirmó que continuará al frente del cuerpo durante 2026 y trazó un balance del año. La magistrada puso el foco en la construcción de consensos, el “buen clima” interno como condición de trabajo, la mediación como herramienta de pacificación y los desafíos que vienen: tecnología e inteligencia artificial, infraestructura y nuevas respuestas para niñez y adolescencia.
18/12/2025
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a presidenta del Superior Tribunal de Justicia, María del Carmen Battaini, cerró el año con una definición que buscó correr a la Justicia del pedestal: “Lo nuestro es un servicio, un servicio de justicia”. Lo dijo en Zoom a Diario, donde repasó los principales ejes de gestión de 2025 y anticipó prioridades para 2026, tras confirmar que seguirá conduciendo el cuerpo el año próximo.

En ese marco, Battaini relativizó cualquier lectura personalista y subrayó el carácter colegiado del tribunal. “Siempre digo que trabajamos en equipo. Sin equipo no podemos hacerlo”, sostuvo. Aun así, aceptó que la presidencia obliga a “dar la cara” y a “transmitir todo lo que se hace”, además de impulsar una gestión “eficiente” hacia adentro de la estructura judicial.

A partir de ese diagnóstico, explicó que al asumir tomó a su cargo la superintendencia —la “administración interna” que incluye recursos humanos, infraestructura y bienestar laboral— y la definió como “el motor” que permite que funcione “la gran máquina” del Poder Judicial. En consecuencia, planteó que la transparencia es un requisito: “Lo bueno y lo malo hay que mostrarlo porque lo malo tenemos que superarlo”.

A la vez, Battaini insistió en una idea que atravesó la entrevista: la Justicia trabaja con “seres humanos en conflicto” y no puede ignorar vulnerabilidades. Por eso, defendió una mirada con base en valores “intrínsecos” y remarcó que cada expediente —aunque parezca menor— merece la misma atención: “Aún para aquella persona que tiene el caso insignificante, es su caso”.

Sin embargo, advirtió que muchas veces la sociedad no comprende ciertas restricciones del rol judicial. Por ejemplo, señaló que un juez no puede recibir a una sola parte cuando existe un contradictorio. Precisamente por esa tensión, sostuvo que se generaron espacios de “acceso a justicia” para acercarse a la comunidad y contener demandas que no pueden resolverse mediante un contacto informal con el magistrado.

En esa línea, la presidenta reivindicó la mediación como herramienta útil, aunque con un enfoque particular: “El éxito de la mediación es lograr la comunicación, no el resultado”. De este modo, explicó que cuando hay diálogo genuino, el conflicto puede “descomprimirse” y la situación tender a “pacificar”, incluso si el acuerdo final no llega en los términos esperados.

Por otra parte, al repasar la evolución institucional desde su ingreso al Poder Judicial, Battaini señaló que en los primeros años el sistema era “muy chiquito” y no contaba con escuela judicial ni con métodos alternativos consolidados. Con el tiempo, dijo, se incorporaron cambios en la gestión, en el diálogo y en la idea de que el juez “no solamente habla por sus sentencias”, mientras crecía también la cercanía del Poder Judicial con la comunidad.

Ahora bien, consultada por los desafíos actuales, ubicó a la tecnología como uno de los ejes inevitables. En particular, mencionó la inteligencia artificial: “Es una herramienta muy valiosa, pero no certera”. En consecuencia, sostuvo que puede servir para tareas mecánicas —por ejemplo, búsquedas de jurisprudencia— aunque remarcó un límite: “Un juez no puede firmar una sentencia directamente que salga de inteligencia artificial”, porque siempre debe existir control humano.

Además de la innovación tecnológica, Battaini puso sobre la mesa un problema material: la infraestructura edilicia. A su entender, no se puede exigir responsabilidad en condiciones inadecuadas, y la necesidad no se agota en los cargos jerárquicos. “Gran responsabilidad también puede tener una persona de servicios generales”, ejemplificó. En ese punto, mencionó iniciativas como lactarios y la búsqueda de espacios más adecuados para atender necesidades vinculadas a discapacidad y neurodivergencias.

Del mismo modo, identificó áreas donde la Justicia debería “salir de lo rígido” e innovar. Entre ellas, destacó la atención de niños, niñas y adolescentes con dispositivos específicos y entornos cuidados, apoyados en abordajes interdisciplinarios. “No podemos quedarnos con las mismas ideas de siempre, porque la sociedad no es la misma”, afirmó, y ligó esa necesidad a la incorporación de nuevas miradas y herramientas en el trabajo cotidiano.

Por último, la presidenta del STJ definió la construcción de un “buen clima” interno como condición para mejorar el servicio. “El buen clima hace un mejor trabajo”, aseguró. Según explicó, en ese esquema no sirven “el reto, ni la desconsideración, ni el reproche”, y por eso defendió una política institucional orientada al bienestar laboral y a la escucha. Incluso reconoció que no siempre se logra, pero sostuvo que es una responsabilidad de conducción “intentarlo” de manera permanente.

De cara a 2026, la jueza María del Carmen Battaini planteó como objetivo reforzar la accesibilidad y el vínculo con la comunidad. Mencionó avances en Almanza y el trabajo con el CAAD, y valoró la articulación con actores internos como el sindicato. En síntesis, lo que busca —según dijo— es “una justicia con mejor imagen”, no desde el marketing, sino desde la posibilidad de que la sociedad conozca qué hace el Poder Judicial y qué límites enfrenta al decidir.

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