l colega Nicolás Pelloli asistió a la inauguración de la canchita La Gloriosa del barrio San Vicente, y dejó su huella. Hasta ahí todo bien. El tema es que la pose desató todo tipo de comentarios y especulaciones entre amigos y allegados en las redes sociales. Desde que se trataba de un cacheo hasta que por fin lo atraparon y le pintaron los dedos. Y hubo quien lo felicitó porque por fin usó las manos para algo. Durísimos.